Levántate (rápido) en 11 pasos

Por si no sabías, aprender a levantarte cuando te caes es lo que más te va a servir para alcanzar la plenitud en tu vida. Y aunque hay gente a la que se le da más fácil, también es algo que se puede aprender; lo importante es querer

Volver a subirte al caballo, levantarte cuando te caes, etc. Existe una palabra para eso y es resiliencia. La única forma de reconstruir tu vida después de un putazo es trabajando hacia un cambio. Las personas resilientes parecen tener la capacidad de regular los circuitos subcorticales del cerebro en condiciones de estrés, ¿pooor? Una de dos, o así nacieron o han trabajado toda su vida para lograrlo. Si no eres de los que naturalmente se repone, sigue estos pasos para aprender a levantarte.

 

Conéctate: Pedir ayuda es de valientes. Cuando tus amigos y familia sepan que necesitas su apoyo te lo van a dar y te vas a sorprender de lo lejos que te lleva el tener un poco de humildad. Así que ya párale con eso de hacerte el fuerte. Cuando tienes una bronca, lo mejor es dejar fluir tus sentimientos y aceptar que necesitas a los demás.

 

Ve la big picture: No puedes cambiar el hecho de que pasan cosas malas, lo que sí puedes modificar es la forma en que las interpretas. Si de inicio ves la crisis como algo insuperable, no vas a salir. Trata de ver más allá de lo que está pasando ahorita y quizá hasta le encuentras, de una vez, el lado bueno.

 

Suelta el control: A veces lo que más nos frustra es no cumplir con el plan al pie de la letra. Y sí, puede ser que algunas de las metas que tenías ya no se logren. Acepta que no puedes controlar todo y piensa que lo más probable es que encuentres nuevas metas y nuevos caminos.

 

Resignifica el problema: Si estás tirado en la cama, sintiendo que la vida comploteó en tu contra, cambia tu forma de ver el problema y pregúntate por qué te pasó, de qué forma fue tu responsabilidad y acepta que eso es exactamente lo que te tenía que pasar.

 

Mantén las cosas en perspectiva: Esto es de lo más difícil, pero tienes que darle la dimensión adecuada a las cosas para aprender de ellas. No saques las situaciones de proporción, no hagas drama por todo. Como diría Tony Robbins, “Ve las cosas como son, no peor de lo que son”.

 

Aprende sobre ti mismo: Cuando tienes una bronca aprendes muchísimo y creces. La forma en que solucionas (o no) un problema dice mucho quién eres. Aprovecha cada problema que tengas para mejorar tus relaciones, tu forma de trabajar y hasta tu salud… así no la sigues cagando.

 

Toma acciones determinantes: Haz todo lo que puedas para cambiar una situación adversa. Si solamente echas la mugrita abajo del tapete, deseando que desaparezca, no vas a poder solucionar ningún asunto y vivirás en el drama. La negatividad es pasividad. Tomar acción te va a ayudar a vencer el miedo.

 

¡Vas! No te esperes: Bien dicen que un buen plan para mañana es mejor que un plan perfecto para quien sabe cuándo. Si esperas a que los astros se alineen, te caiga dinero y enflaques para buscar chamba o galán, te van a dar las mil quinientas. Echa a andar tu plan y haz ajustes sobre la marcha.

 

Sé optimista: Visualiza las cosas que quieres que pasen, en vez de estar pensando en lo que te da miedo o puede salir mal. El chiste de esto es usar las situaciones negativas para construir algo mejor. Una visión optimista te permite atraer las cosas buenas.

 

Déjalo ir: Si te sigues azotando con el pasado, se va a convertir en tu presente. Para salir de esa depre, necesitas saber que eso ni es tu futuro ni lo define. No le des más poder a lo ocurrido de lo que tiene.

 

Cuídate: Es súper importante que no te abandones: come bien, haz ejercicio, busca actividades que te relajen y encuentra el tiempo para hacerlas. Eso es algo que sí está en tus manos. Además, le manda un mensaje a tu cuerpo y a tu mente de que son importantes y que todo va a estar bien.

 

¿Te gustó esta nota? Califícala