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Las casualidades son mensajes

Estás días enteros dándole vueltas a un problema y cuando ves tu serie favorita parece que algún personaje te dicta la solución. Eso se llama sincronicidad, no es casualidad. Tu inconsciente te está diciendo qué hacer

Aura Medina de Wit

En la mañana te levantaste pensando que te urgía encontrar a un amigo que no veías hace años, porque él te puede ayudar con un problema. Sales al café y, ¡te lo encuentras! De repente te habla una ex de la que te acababas de acordar. Todas esas “casualidades” que ves en la vida forman la dichosa “sincronicidad”.

No es que sean grandes coincidencias por sí mismas, es nuestro inconsciente trabajando y atento, así que encuentra los mensajes y te los manda por medio de una señal física. Parece magia, pero no, es la manera de descubrir una idea o una solución que viven en lo más profundo de nosotros.

El primero en usar el término Sincronicidad fue el psiquiatra suizo Carl G. Jung para describir ese momento en que suceden dos o más acontecimientos que se parecen, aunque no tienen una relación de causa y efecto. No hay manera lógica de explicarlo, sin embargo, si nos ponemos a recordar un poco, encontraremos que todos hemos tenido estas “coincidencias” en la vida pero se las colgamos a la casualidad, a la suerte, a la mano de Dios o de plano, a la magia.

En español simple, la sincronicidad se trata de encontrarte en el instante adecuado, con el evento, la situación, la persona y la respuesta exacta que necesitas en ese momento de tu vida. Aprender a “verla” en nuestras vidas es abrir los ojos y saber leer todas las señales que se nos atraviesan en el camino. Lo maravilloso de estas señales es que están ahí justo cuando las necesitas.

Beatriz Fernández del Castillo, terapeuta creadora del método “autoevolución” lo explica así: “los momentos en que nos olvidamos de la seguridad, de lo conocido y trillado del plan establecido, de lo que se supone que debemos hacer, son los que nos sumergen en un estado de alerta y apertura perfectos para ser consciente de esta dimensión simbólica de la vida que es la que al final nos da la clave no solo para la solución de nuestros problemas, sino para hallar nuevas maneras de vivir intensa y conscientemente”.

¿Cómo empezar a ver las señales?

Todos estamos interconectados, por eso no es tan “casual” que de pronto te llame esa persona en la que has estado pensando. El problema es que desconocemos esta conexión y no entendemos lo que representa y las enseñanzas que trae. Para poder ver estas “pistas” o “señales” de la vida:

1. Entiende que no ves toda la película
Tenemos que salirnos de la “cajita” en la que vivimos encerrados mentalmente. Lo que la mayoría hacemos es ver la vida a través de una ventanita y eso no nos deja ver nada comparado con lo que está ahí para ser descubierto.

2. Limpia tu visión
Nuestras creencias pueden ser un gran obstáculo. Al nacer no teníamos creencias, las tomamos de nuestro ambiente y poco a poco llenamos con ellas nuestra mente. Tenemos creencias de todo tipo: personales, familiares, sociales y culturales. Piensa en ellas como programas de computadora, unos son útiles pero otros están llenos de virus, son obsoletos y nos limitan. Lo que creemos no siempre es lo real.

3. Pon atención
Para ver las señales necesitas estar alerta, no hay de otra. Si te encuentras de sorpresa con alguien, como un viejo amigo, escucha la conversación, pon atención, quizá por ahí hay un mensaje para ti.

4. Entiende el “karma”
Cada vez es más aceptada la idea de que no existe la “casualidad” sino la “causalidad”, que las cosas pasan por un proceso de “causa y efecto”. Un evento lleva a otro y este genera otro y así sucesivamente, estableciendo una cadena en la cual el pasado determina el presente y a su vez, el futuro.

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Psicoterapeuta especializada en la codependencia y las relaciones de pareja. Imparte conferencias y talleres. Es autora de dos libros: Amor ... ¿o codependencia? y Lo que ellos dicen sobre ellas