Ikebana: ¿Qué es y cómo funciona?

Ikebana es el arte japonés de hacer un arreglo floral, esta práctica tradicional de Japón va más allá de la decoración porque se considera como una forma de meditación.

Por lo general se utilizan flores, frutas, ramas, enredaderas, hojas, hierbas, semillas y cada arreglo representa la conexión con la naturaleza.

El Ikebana surgió tras la llegada del budismo a Japón en el siglo X, ya que era usado como ofrenda floral en el altar de Buda, aunque no tenía ningún orden o estética en particular.

Luego, los sacerdotes budistas determinaron que dichas ofrendas merecían una mayor elaboración, por que lo comenzaron a diseñar arreglos florales más complejos, que simbolizaban el universo, el cielo, el mar y la tierra.

Con el paso de los años, el Ikebana ha evolucionado con distintas  variaciones y reglas estrictas, incrementando cada vez su nivel de complejidad y significado.

¿Qué necesitas para hacerlo?

Estar en silencio absoluto es esencial, ya que es lo que te permite llegar a la meditación. También, es necesario que la persona se relaje y se aleje de cualquier distracción, ya que este proceso debe hacerse con lentitud y precisión para conectar con la naturaleza.

Las flores deben ir siempre hacia arriba y la línea más importante del arreglo es el tallo principal, el cual que representa el cielo y es llamado “shin”, mientras que el segundo tallo denominado “soe”, simboliza al hombre.

El tallo terciario o “hikae” representa la tierra y tiene que ir hacia el frente o ligeramente hacia el lado opuesto de la base. Para que así, las ramas, enredaderas, hojas, hierbas, frutas, semillas y flores vayan alrededor de estas tres líneas.

El principio rector del ikebana es el uso de sen (líneas en japonés), kai (bloques) y shiki (colores) como componentes.