¿De dónde viene tu gula y cómo controlarla?

La gula es no tener una relación sana con lo que nos debe nutrir sin atormentarnos, ¿te suena?

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Mi definición de gula es una búsqueda excesiva de placer en la comida, donde esta se vuelve lo único bueno a lo que tenemos acceso y hay una sensación constante de que nada es suficiente, es cuando llegas a ese punto en que tu relación con la comida dejó de ser sana.

En resumen, tienes un problema con la comida cuando…

1. Le temes a la comida y cuentas calorías, pesas lo que comes, excluyes alimentos o grupos de alimentos
2. Dejas de ira  lugares o visitar personas para poder controlar lo que comes y no salirte de tu régimen
3. Cuando te es imposible deja de comer aun cuando ya estás satisfecho o incluso cuando ya te duele la panza
4. Cuando piensas en qué vamos a comer o en lo que comiste aun cuando ya estés realizando otras actividades como trabajar, leer, ver una película, ir manejando, etc
5. Es la única fuente de placer que conoces
6. Te avergüenza que te vean comer o decir que sientes hambre
7. Buscas compensar lo que comiste con mucho ejercicio, laxantes, vómito o ayuno
8. Te angustia pasar el día sin tener comida a la mano
9. Vives haciendo dietas, retos, ayunos, etc
10. Buscar estar a solas para poder comer sin que nadie interfiera
11. Escondes comida
12. Tu forma de comer te impide relacionarte con otros

NO TE COMAS A TU ENEMIGO

Tu enemigo en este caso es la desconexión. La desconexión con nuestras necesidades reales, con nuestras sensaciones tanto de hambre y saciedad y con nuestras emociones, y esto a la vez refleja una desconexión con el entorno. Esto nos lleva a la insatisfacción porque por alguna razón nos sentimos incapaces de tomar lo que el mundo nos ofrece, aunque pareciera que tomamos mucho a través de la comida, la realidad es que estamos cerrados a conectar con el placer real, con la cercanía, con la mirada del otro, con la seguridad de la relación con el entorno. Hay una parte de no merecimiento, pero también de no saber cómo tomar del mundo, porque quizás cuando necesitamos tomarlo, nos fue negado o fue doloroso hacerlo. Otro gran enemigo que favorece la desconexión con nuestras necesidades es la restricción, ya que hace que nuestro sistema entre en modo supervivencia y quiera comer mucho más para abastecer lo que la restricción le va a quitar, recordemos que la restricción lleva a la compulsión.

CONECTA CON TUS EMOCIONES

El regreso a nuestro cuerpo como una manifestación de nosotros mismos y un trabajo interno que poco a poco nos vaya devolviendo la confianza necesaria y que logremos comprender que estar en nuestro cuerpo es un lugar seguro y por lo tanto, un lugar desde el que se puede salir al mundo a pedir y tomar lo que necesitamos.

Todo lo que se vuelve un tema en nuestra vida, es una perfecta herramienta para sana. Si en lugar de buscar aguantarnos el hambre o quitárnosla de maneras dolorosas, aprendemos a mirarla, a explorarla a comprenderla, nos va a llevar a mirarnos, explorarnos y comprendernos. La comida habla mucho de la relación que tenemos en primera instancia con nuestro cuidador primario (en la mayoría de los casos con mamá) y que se refleja en nuestra relación con el mundo. Si confiamos en él, si es seguro, si nos provee de lo que necesitamos, si está ahí para nosotros, si es suficiente, si nos asusta…

Volver tu forma de comer un vehículo de crecimiento puede llevarte a conectar con partes de ti que ni te imaginas y poco a poco recuperar la confianza en ti, en tu hambre y en tus decisiones porque comer no tiene por qué ser un pecado, ni un martirio ni algo doloroso, sino algo delicioso, libre y conectado.

EJERCICIO

  • Escribe la historia de tu hambre
  • Observa cómo respondía el entorno (de inicio de tu familia o tus cuidadores a tu hambre)
  • ¿Qué hacías tú ante esas respuestas?
  • Nota si te hace sentido con la relación que tienes hoy con tu hambre y con la comida
  • Reconecta con el placer, incluso en la comida, observa qué hacer placentero comer; la textura, el sabor, la consistencia, la cantidad, el salirte con la tuya, la sensación de desconexión con lo que te rodea
  • Busca pequeñas cosas que sean placenteras: la textura de la tela, el aire, los olores y piensa en eso cuanto te ataque el ansia de comer

Tu cuerpo te pide a la mala lo que no le das por la buena, porque cuando hay cosas que no quieres ver, ni resolver en tu vida la respuesta te la da la comida.

 

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