Comprobado: el shopping sí es buena terapia y te decimos por qué

La terapia de compras es casi un cliché, pero está científicamente comprobado que sí funciona

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Por supuesto, la dopamina es la culpable de que un par de zapatos te cause placer.

¿Cómo funciona?

Cuando estás pensando en comprar algo, el cerebro libera dopamina, porque espera una recompensa, y si la cosa está en oferta, todavía más. Este rush se compara con el de un apostador y crea adicción. El centro del placer se enciende incluso antes de que empieces a considerar una compra… Pero cuando ves el precio, lo que se prende es la parte prefrontal del córtex, que se asocia con la toma de decisiones, y también… CHAN CHAN CHÁN: la ínsula, que se encarga del dolor. Por eso se trata de una lucha de poder muy dolorosa cuando estás decidiendo si compras algo o no. En algunas personas, el dolor de perder su dinero es mucho mayor que la gratificación instantánea de la compra, en muchas otras, no.

¿Sabes qué también te hace sentir bien y no implica comprar más ganchos? Donar dinero a obras sociales; también libera dopamina y además ayuda a otras personas.

¿Adicción o compulsión?

Recientemente, lo que era considerado una compulsión se ha comenzado a llamar adicción. O sea, se creía que comprabas mucho por impulso, cuando en realidad desarrollas una tolerancia al placer y necesitas cada vez más. En una encuesta de Frontiers in Psychology de 2015, se descubrió que quienes presentan esta adicción también muestran síntomas de depresión y ansiedad, al igual que apostadores o adictos a ciertas drogas.

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