Estudios han comprobado que la pérdida del padre aunque es dura, es mejor no tardar tanto en superarla, ya que trae consecuencias a nivel salud
La gente suele pensar que la pérdida de mamá solamente afecta a los niños más pequeños; sin embargo, aunque no se ha estudiado debidamente el área de los sentimientos y la pérdida, se ha comprobado que el dolor también influye en los adultos y esto los puede dañar a nivel cerebral.
Superar la pérdida del padre es benéfico para tu salud
Algunos expertos hablan de que la pérdida de los padres puede implicar un dolor tan profundo que, el hijo no logra superarlo “rápidamente”, pero ¿qué rápido? ¿en serio hay un límite de tiempo para eso? Psicólogos informan que es importante se respete el duelo de cada persona ya que el impacto es diferente en cada individuo.
Muchos pensarán que esto es obvio, pero muchos otros desconocen que la pérdida mamá puede tener resultados negativos, emocional, física y mentalmente hablando, ¡claro! esto también cambia con la experiencia que cada uno tuvo en relación a su padre, cómo fue su infancia, si la comunicación era sana y cómo fueron las circunstancias de la muerte.
En 1970 se examinaron a más de 11 mil participantes que fueron divididos en tres grupos:
A los 30 años se comprobó que el grupo 1 que había sufrido la pérdida de uno de sus padres, tenía mayor tasa de desempleo o se encontraban en puestos no aptos para vivir adecuadamente. Su salud era precaria en comparación con las de los otros grupos y padecían depresión crónica.
Por otro lado, de entrevistas a 37 participantes de entre 20 y 80 años, quienes contaron sus historias. Se encontraron características que hablan de cómo la relación que sostuvieron con sus padres influye en sus emociones a la hora del luto.
De tal forma se encontró que aquellas relaciones donde no había comunicación abierta ni una relación sana entre padre e hijo, el periodo de luto era largo y los daños emocionales eran graves. Siendo así que los efectos podían afectar a un hijo, hasta por 70 años. Contrario al caso de aquellos donde el sufrimiento era superado rápidamente porque las bases emocionales de la relación eran buenas.
Por otro lado The American Journal of Psychiatry publicó un estudio en 2003 donde se encontró que el procesamiento del dolor implica el trabajo de tres regiones del cerebro: la corteza, la corteza frontal y el cerebelo; regiones que también están involucradas en la regulación del sueño y el apetito. Por lo que es normal que aquellos que sufren experimenten dolores de cabeza o estómago, mareos, presión en el pecho, sueño pesado y problemas de apetito.
¿Y la pérdida del hijo?
Un estudio publicado en el Jorunal of Clinical Oncology encontró que aquellos padres que no habían resuelto su aflicción ante la pérdida de un hijo, a causa del cáncer, notaron un deterioro grave de salud psicológica y física, en el corto plazo.
La investigación mostró que los padres que no habían superado su dolor mostraron problemas para dormir a largo plazo, lo que se suma al aumento de riesgo de morbilidad física y mental.
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