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Anuario

¿Cómo empezar a ser disciplinado?

La motivación tiene que venir de adentro, si estás esperando que venga de afuera ¡Nuuunca harás NADA!

Redacción Moi

Por Tony Karam

¿Y cómo empiezo? La tradición budista se plantea estos seis tópicos primarios para lograr una renuncia o para cultivar ese espíritu de emergencia:

1) La incertidumbre de la vida. El hecho de que nadie entre nosotros sabe cuándo la bomba kármica va a explotar, nunca sabemos cómo predecir ese momento en la vida y no se diga el mañana. No sabemos realmente cómo controlar nada y esto en la persona comúnmente crea ansiedad, pero es la naturaleza de las cosas, nada es del todo certero y por supuesto no lo es la vida, nadie sabe cuánto va a vivir, la muerte nos acecha y está siempre cerca. Hay que aprender a vivir con eso.

2) La insatisfacción. El tener presente que en el mundo las cosas buenas no duran, esto es el placer hedónico, mundano, la persecución de la fama, la alabanza, el placer, las posiciones, todas nos ofrecen resultados o bienestar de corto plazo y siempre nos dejan deseando un poquito más. Podemos trabajar arduamente para guardar o ahorrar dinero para una maravillosa vacación en la playa y cuando llegamos a la misma se la pasa lloviendo o podemos trabajar toda una vida para construir nuestra reputación y la misma puede ser destruida en un instante.

3) La reflexión de la muerte y tener presente que todos envejecemos. Nos enfermamos y eventualmente vamos a morir, esto también es certero en la vida, de hecho, lo único
que es del todo certero en la vida es esa variable, que vamos a morir, nadie sabe cómo y cuándo este evento acontezca, podría ser hoy, esto es inevitable y nos debe obligar a pensar en ese contexto lo que es realmente importante, prioritario o significativo en nuestras vidas con base en aquello que nos pueda aportar y brindar bienestar y felicidad genuina que naturalmente se contrasta del placer hedónico, el sensorialmente condicionado, que es por naturaleza siempre temporal y relativo, y en consecuencia, por lo que concierne al pensamiento interior es finalmente inconsecuente. Reflexionar acerca no solo de esta variable, sino de que aporta algo genuino, que es lo que nos prepara para la muerte, que es siempre algo cercano y es nuestro adiestramiento mental que no debemos descuidar en la vida y finalmente es lo que te puedes llevar contigo durante la transición del morir, y lo único que te llevas es la continuidad de la conciencia y con ello, sus impresiones, hábitos y tendencias, lo cual te obliga a cuidar esas impresiones, hábitos y tendencias en el presente.

4) El renacimiento. Es tener presente que el nacer es tan doloroso como el morir, el volverse un cuerpo es tan difícil como deshacerte de uno y este es un proceso que se ha repetido sin principio a lo largo del infinito, hasta que te liberas de ese proceso compulsivo y tomas control de tu existencia y, por lo tanto, del venir de la misma, y cómo la mente se manifiesta en el mundo y deja de hacerlo dominada por hábitos y tendencias inconscientes y se transforma en un proceso lúcido sobre el cual el practicante tiene control. Por ejemplo, la diferencia entre un sueño ordinario en el que el individuo no es lúcido determinado por hábitos y tendencias inconscientes, a un sueño lúcido en el que el individuo tiene absoluto y completo control de las apariencias.

5) Las vicisitudes de la vida. Una vida está caracterizada siempre por constantes altibajos, y nosotros desearíamos que todo fuera equilibrado, pero en el instante en que las cosas se encuentran calmas después nos pega un huracán, en el momento en que obtenemos el trabajo de nuestros sueños perdemos a la novia, en el minuto en que encontramos al novio recibimos un diagnóstico médico terminal. El océano del cambio de la vida es exhaustivo y como no estamos preparados para poderlo navegar, se convierte en un referente de conflicto y dolor.

6) Nos sentimos crónicamente solos. Podemos vivir en una gran ciudad como la de México, que es un ejemplo clásico, en proximidad a otras personas y al mismo tiempo sentirnos separados, solos, alienados aun cuando nos vemos rodeados por seres amados, pues ellos nunca saben realmente lo que nosotros pensamos o por lo que transita nuestro mundo interior. Así que muchos entre nosotros transitamos la vida sintiéndonos un poquito diferentes, alienados de los demás y solos.

Cuando reflexionas acerca de todo esto, cuando contemplas estos seis temas se detona el espíritu de la emergencia, la determinación de trascender estas limitaciones vitales e imprimir en nuestra vida una dimensión en sentido de genuino significado, que realmente nos pueda aportar bienestar genuino y duradero, que no es otro que la práctica de la disciplina espiritual, que abordamos con disciplina, con energía y con una actitud de entrega y heróica. Y aquí, vale la pena mencionar la importancia de los rituales y las repeticiones. En la tradición budista, el ritual es un instrumento que le ayuda a la persona a desarrollar la disciplina. A través de estos rituales y repeticiones es que se desarrolla, cultiva y refina la disciplina.

Empezar un ritual es bastante difícil, pero mantenerlo es relativamente fácil. Tomemos de ejemplo a los atletas, que son personas de rituales: saben perfectamente a qué hora están en la alberca o en la cancha, que después les toca gimnasio y rehabilitación antes de la hora de la comida y las actividades de la tarde. Tú mismo tienes ciertos rituales, al menos te lavas los dientes en la mañana y en la noche. Es algo sencillo que no requiere demasiado esfuerzo, pero es un acto de disciplina. Y así como hacemos eso, así tenemos que hacer lo que queramos lograr.

¿Qué rituales te harían feliz? Puede ser hacer ejercicio, meditar 15 minutos diarios, leer un libro al mes o hasta ver una película por semana. Estos consejos te pueden ayudar sin importar cuál sea tu meta:

  • No trates de introducir más de dos rituales por semana, una vez que te hagas el hábito, se irá convirtiendo en un ritual, pero si te pones 17 metas para la misma semana, está difícil que incluso uno, pegue
  • Para que esta acción se convierta en un hábito, te tienes que obligar a hacerla durante al menos 21 días; y sí, la palabra es obligar, te tienes que forzar hasta que lo hagas casi automático
  • En tu agenda (ya sea virtual o real) anota los rituales que quieres adoptar y marca cada día después de hacerlo
  • Comienza un diario de rituales donde anotes no solamente lo que hiciste (eso está en la agenda) sino cómo te sentiste al respecto, de qué te sientes agradecido, etc. Esto te ayudará a dar valor a tus rituales y seguir practicándolos

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