Recalculando

Siempre que piensas que ya entendiste cómo va, la vida te da una revolcada y te recuerda que nada, es. Que la gente y las cosas cambian y que, absolutamente todo, es incierto permanentemente.

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Vamos por la vida con tantas cosas, personas, actividades y retos que, confiar y asumir, son mecanismos de protección que sirven como herramientas para sobrevivir en la jungla. No sé. A lo mejor dejar salir la mugre es necesario y por eso cuando no haces limpieza regularmente, la vida te ayuda y te avienta todo tu mierdero en la cara para que de una vez hagas algo al respecto.

Es complicado hacerse grande ¿no crees? Yo de pronto preferiría mejor ser sirena.

Siento que hay demasiadas variables cada día y que, por momentos, resulta abrumador ser un adulto responsable. Y es que hay días en que lo que uno quiere es tirarse en un sillón y vegetar sin que nadie le hable. Días en que quisieras no ser sensato y solo comprarte los pinches zapatos, y días en que unos cacahuates japoneses y una chela conforman el alimento perfecto y balanceado para tu organismo. Sí, aunque sea martes y sean las 11:00 AM.

Si además sumas el factor: vivir en pareja………………..

¿Vieron cuántos puntos suspensivos puse?

Sí. Vivir en pareja es MUY complicado. Y crecer en pareja ya es algo para las grandes ligas. Estoy segura de que soltar la toalla y que cada quien se vaya por su lado es muy necesario en ocasiones, no juzgo absolutamente a nadie. Lo entiendo perfectamente y lo respeto. Pero decidir arremangarte y chambear cuando las cosas se ponen buenas (o sea muy pinches), o simplemente cuando los años, las rutinas y las mañas te alcanzan es, SIN DUDA, el doctorado Honoris Causa en desarrollo personal de cualquier ser humano.

La ecuación no es sencilla: hay dos personas, mucho amor, sha la la la la, se casan (o no) y empiezan una vida juntos. De ahí al “y vivieron felices para siempre” hay muuuuuchas variables. Una muy grande es, por ejemplo, la sociedad en la que vivimos que nos guste o no, fomenta eso de que todo, incluidas las personas y las relaciones, es desechable. Cada vez más las parejas se separan por cosas súper sencillas. Como a mi cuate que su ex lo abandonó cuando el pobre hombre se moría de una hepatitis perra porque “ella no se había casado para cuidar enfermos”… siptrue story.

Soltarse, interpretar al otro y simplemente encasillarlo podrían ser otros ejemplos. Especialmente importante: olvidarse de que somos humanos y que hasta el mejor jugador del mundo puede equivocarse y fallar EL penal (y si no, pregúntenle a Messi que creo que sigue llorando). Todos, absolutamente todos, nos equivocamos constantemente, pero nadie está dispuesto a perdonar.

Somos una especie rencorosa y de memoria corta.

Otra de las variables me parece que es el concepto de ser realmente compañeros. Entrarle a lo que haga falta cuando hace falta. Ser un equipo. Sobre todo, cuando estás perdiendo el partido. Ser equipo cuando todo está padre es increíble y es muy importante gozar esos momentos, es la gasolina para los no tan buenos. Pero el reto está en serlo cuando las cosas no salen. Cuando los hijos no cooperan. Cuando te cae gordo el señor o tú estás insoportable. Cuando resulta que alguien cometió un grandísimo error y hay que aprender a perdonar. Cuando somos humanos imperfectos pero nos seguimos queriendo…Ahí es cuando hay que acordarnos que la vida solo nos manda lo que somos capaces de manejar, que todo lo que pasa va a pasar y pasa SIEMPRE por algo y que la onda para sobrevivir está en mi palabra favorita del mundo mundial: RESILIENCIA: sacar lo mejor de lo peor. Adaptarte. Seguir. Hacerte fuerte con la adversidad.

No importa todo lo que pase en tu vida, mientras estés vivo eso es lo único que puedes hacer. Recalcular, trazar nuevas rutas, adaptarte, y después adaptarte nuevamente cuando las cosas vuelven a cambiar porque nada es estático. No confiarte ni dar las cosas, ni a las personas, por sentadas.

Reinventarte.

El crecimiento implica siempre seguirse moviendo. En tu trabajo, en tus relaciones y en las cositas de todos los días que a veces al juntarse resultan abrumadoras: recalcular cada vez. Asumir tu responsabilidad en cada caso y tratar de hacerlo mejor. Dejar ir el enojo, el miedo, el dolor o cualquiera que sea el sentimiento: soltarlo, adaptarte y volver a confiar en la vida.

Engrandecerte de cada situación vivida y seguir avanzando.

Porque como dijo Sir Winston Churchill “The only way out, is through”.

Camina.

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