Quitémonos la venda de los ojos

Nuestros gobiernos, no solo a nivel federal sino también en los estados y municipios, además de ser corruptos, o tolerar la corrupción, son criminales.

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Ya estuvo bueno de hacer como si no pasara nada, como si lo que ocurre fuera producto de la mala suerte, de la naturaleza de las cosas, de un presagio inevitable o de una realidad imposible de enfrentar.

Vivimos en una sociedad que no solo tolera sino que promueve y se sustenta en los privilegios de unos cuantos y en la segregación de una buena parte de la sociedad por motivos económicos y hasta de casta. Así fuimos construyendo un país desigual en el que las autoridades tenían el permiso de robar a cambio de mantener y asegurar los privilegios a unos cuantos. Las clases altas tendrían sus oportunidades garantizadas en este modelo, sueldos elevados, cada tanto unos pellizcos al dinero de todos y una seguridad casi absoluta de que la ley jamás se aplicaría a esta capa alta de la sociedad.

Algunos asumen como normal y/o beneficioso tener gobiernos corruptos y un sistema de justicia que privilegia la clase social antes que la ley. Si esto ya es grave, lo que vivimos en los últimos años es aun peor.

Nuestros gobiernos, no solo a nivel federal sino también en los estados y municipios, además de ser corruptos, o tolerar la corrupción, son criminales. Sé que es una acusación fuerte pero me remito a dar un par de ejemplos de los muchos que se podrían citar.

En días recientes se presentaron dos estudios sobre temas distintos pero que apuntan en la misma dirección. Universidades mexicanas y extranjeras sistematizaron los registros de personas desaparecidas que tiene la organización Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos en México (CADHAC) en Nuevo León. En este estudio se muestra que en el 47% de los casos de desaparición que tiene esta organización, es decir casi la mitad, fueron perpetrados por distintos agentes del Estado. De estos, aproximadamente la mitad fueron responsabilidad de actores municipales, un cuarto de estatales y un cuarto de federales. El número de personas desaparecidas en el país es incierto, ya esto debería ser grave, pero saber que quienes nos representan están desapareciendo personas es gravísimo.

Por otro lado se presentó una encuesta realizada a cientos de periodistas en el país. Trabajo realizado por organizaciones de mucho prestigio nacional e internacional. La encuesta arroja información muy valiosa sobre las condiciones en que se realiza el trabajo periodístico en México. Sobra decir que somos uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer este trabajo y hemos sido calificados una y otra vez como un país donde no hay libertad de prensa real. Destaco un par de datos de la encuesta. 93% de los encuestados reconoce que hay censura en el interior de su medio de comunicación y 77% afirma que ha sido víctima de violencia o amenazas por parte de alguna autoridad. Combinación perversa. La autoridad violenta y el medio de comunicación no permite que exista una crítica real.

Si a esto sumamos que la impunidad es casi absoluta el panorama se vuelve más oscuro. En buena medida estamos gobernados no solo por corruptos sino por criminales. Allí está la información, así de clara. Podría citar múltiples investigaciones que apuntan en la misma dirección. Ahora, ¿qué hacemos? Me rehúso a aceptar estar gobernado y representado por corruptos y/o criminales.

De menos quitémonos la venda de los ojos. Esto no se resuelve votando por uno u otro partido. Entre los perpetradores hay representantes de todos. La solución debe ser ciudadana. Ya hay opciones, no hay pretexto. Entre las que conozco y respeto están Ahora y Nosotrxs. Pueden revisarlas en www.ahora.si y www.nosotrxs.org.

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