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Anuario

Matándonos por idiotas

¿Cuánta violencia más es necesaria? Lo prohibid, lo no permitido y nuestra doble moral

Jacobo Dayán

Así de ridículos nos vemos hoy. Los que tengan edad suficiente para recordar la serie Los intocables no me dejarán mentir. Rudos e incorruptibles policías perseguían a peligrosas bandas del crimen organizado que se atrevían a comercializar bebidas alcohólicas. Así de ridículo entonces, así de ridículo hoy.

En los años 20 en Estados Unidos por cuestiones moralinas decidieron acabar con el “problema” de alcohol y la “violencia” que este genera. Su ley prohibía la venta, fabricación, importación y transportación de toda bebida alcohólica. Aquellos que se horrorizaban con el consumo de alcohol lograron la prohibición. Pero eso sí, el alcohol se seguía consiguiendo en mercado negro a precios más elevados. Con el triunfo de la doble moral vinieron el sufrimiento, la violencia, los mercados ilegales, el desmantelamiento de una industria, la reducción de recaudación fiscal, en fin puros problemas.

Un asunto de salud pública como es el consumo de alcohol no puede ser atacado como un problema de seguridad. Prohibir no reduce el consumo. Mientras exista demanda habrá quien genere la oferta. De manera legal o ilegal, esas son las leyes del mercado. La prohibición generó de inmediato redes comerciales controladas por el crimen organizado. Se consolidaron las mafias norteamericanas y los grandes capos, así como ahora en México.

Las mafias no solo controlaban la producción, importación, distribución y venta de bebidas alcohólicas. Controlaban negocios paralelos, legales e ilegales, blanqueaban grandes sumas de dinero, así como ahora acá. Para mantener esa red criminal había que sembrar terror. Miles y miles murieron por consumir alcohol de baja calidad o fueron asesinados.

Varias autoridades que combatían a estos grupos criminales fueron corrompidas con grades sumas de dinero. Los comerciantes eran amenazados y asesinados por comprar alcohol a la competencia. La sociedad en general, para mantener “pura” su conciencia tuvo que pagar una alta cuota de violencia. Como era de suponerse, el consumo no se redujo sino que aumentó. Igual pasa hoy con las drogas.

Todo esto para que no se consumieran bebidas alcohólicas, así de ridículo. Tuvieron que pasar cerca de 14 años para que esta absurda ley fuera derogada.

Exactamente igual estamos hoy en México. Lean de nuevo el texto y cambien Estados Unidos por México y alcohol por droga. El resto es lo mismo. Así de ridículo.

Peor aún, desde este año en California ya se legalizó la marihuana. Cualquier mexicano puede pasar la frontera comprar de manera legal marihuana y al traerla de vuelta estaría violando la ley. Así de ridículo.

Ya son 7 los estados que la han legalizado en Estados Unidos y aquí nos seguimos matando, fortaleciendo grupos criminales, generando toneladas de dinero que es blanqueado en lugar de generar impuestos, destruyendo lo que podría ser una rentable industria, perdiendo empleos que podrían ser formales. Todo por una doble moral. La prohibición no reduce el consumo. Es un problema de salud y no de seguridad.

¿Cuánta violencia más es necesaria? Maduremos y legalicemos TODAS las drogas. Se trata de mercados que no desaparecerán. Meter los problemas debajo del tapete nunca ha resuelto las cosas.

 

 

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Experto en Derecho Humanos, historia mundial contemporánea, genocidios y relaciones internacionales.