Los desplazados

Buena parte de los centroamericanos que ingresan a nuestro país y buscan refugio aquí o en Estados Unidos, vienen huyendo de la violencia.

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La violencia en nuestro país suele ser medida en el número de asesinatos, desapariciones, secuestros, extorsión o tortura. Uno de los fenómenos que ha estado lejos del radar de los medios y los especialistas es el del desplazamiento forzado.

La agencia de la ONU para refugiados, ACNUR, informó que en 2015 más de 65 millones de personas se deslazaron de sus hogares producto de la violencia. Es un número récord, 1 de cada 113 seres humanos tuvo que dejar su lugar de origen, esto es 24 personas cada minuto. Es difícil hasta de imaginar ese volumen de personas huyendo.

Así como vemos que la guerra en Siria obliga a millones de personas a dejar su lugar de origen para buscar refugio en otras partes del país e incluso fuera de él, en México se da un fenómeno similar. De igual manera, buena parte de los centroamericanos que ingresan a nuestro país y buscan refugio aquí o en Estados Unidos, vienen huyendo de la violencia. Los años en que la migración era mayoritariamente por asuntos económicos van quedando atrás.

La violencia en México ha obligado a miles y miles de personas a dejar sus ciudades o poblados y buscar seguridad en otras partes del país o fuera de él. Este proceso se da de maneras muy distintas. En muchos casos la salida se da en grupos reducidos de personas que poco a poco dejan una región lo que hace muy difícil su visibilización y medición, pero hay casos en que la salida es rápida y por grandes grupos de personas e incluso comunidades enteras.

Tener identificado el fenómeno es muy importante para que el Estado pueda generar una política pública que atienda a las víctimas de desplazamiento. En fechas recientes se han empezado a hacer estudios serios al respecto. Uno de ellos es el realizado por la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH).

La CMDPDH ha identificado que “las víctimas de desplazamiento son por lo general niños, niñas y adolescentes, indígenas, estudiantes, profesionistas, adultos mayores, campesinos, pequeños propietarios de negocios, empresarios, activistas, periodistas, defensores de derechos humanos, funcionarios públicos y mayoritariamente mujeres, madres de familia”. Es decir casi todas y todos.

Entre 2009 y enero de 2017 en México, la CMDPDH, tiene cuantificados un total de 310,527 personas que se vieron obligadas a desplazarse producto de conflictos o violencia. Cada uno de estos casos es una historia muy compleja, dejar repentinamente toda una vida y empezar de cero en algún otro lugar.

Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) calcula la cifra en 90 mil pero acepta que la realidad puede ser cuando menos tres veces mayor. Hay casos espeluznantes. En Guerrero, dos pueblos de Chilapa vieron el éxodo de más de 800 familias en un par de días. Este fenómeno ha ido dejando decenas de pueblos fantasmas en México, según la CNDH son más de 50.

Son múltiples los efectos de la violencia. El tema de desplazados tendrá que empezar a ser estudiado, medido, atendido y reparado. Las urgencias se nos acumulan y la voluntad política para atenderlas cada vez es menor.

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Experto en Derecho Humanos, historia mundial contemporánea, genocidios y relaciones internacionales.

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