Es poco el avance pero el camino tomado es sin duda el correcto
Los países musulmanes que se rigen por la ley islámica (Sharia) mantienen a las mujeres bajo estándares muy bajos de derechos. Desde 1948, la Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce la igualdad entre los hombres y las mujeres pero el mundo islámico emitió su propia versión en 1990 en la que ajusta estos derechos a las normas establecidas en las visiones más conservadoras del islam.
Sin embargo el mundo moderno y las comunicaciones en tiempo real han obligado a algunos países a ir abriendo espacios a la mujer. El caso más importante es el de Arabia Saudita ya que ese país representa el centro del islam y una visión muy conservadora.
Mohammed bin Salman, un joven de 32 años fue nombrado el heredero al trono de Arabia Saudita. La visión de una persona nacida en 1985 empuja a tomar medidas más modernas que van poniendo límites a ideologías extremistas planteando un islam más moderado. Mantener sin derechos a las mujeres las aleja de la actividad económica que ante un mundo donde el petróleo poco a poco dejará de ser el combustible más importante, es perder la mitad de la capacidad laboral de un país.
Hoy las mujeres saudís ya pueden: votar y ser votadas (aunque las candidatas no pueden hablar con varones); estudiar en las universidades; practicar deporte y participar en competencias (incluyendo Olimpiadas). Se trata de avances pequeños que van abriendo brecha. Sin embargo todavía tienen prohibido cosas tan elementales como: casarse, divorciarse, viajar o trabajar sin el permiso de sus esposos o padres; vestirse a su gusto (deben hacerlo con “recato” con una vestimenta negra y, al menos, el cabello tapado); mantener la custodia de los hijos en un divorcio; recibir herencias al igual que los hombres y muchas otras.
Poco a poco esto empieza a cambiar. Recientemente se han hecho tres reformas que empiezan a abrir la puerta.
Las mujeres ahora pueden asistir a estadios deportivos. Inicialmente lo harán en secciones destinadas a familias. Pueden también manejar auto lo que les ampliará las posibilidades al poder transportarse más fácilmente. Por último, están por abrirse salas comerciales de cine lo que llevará cultura e inevitablemente apertura.
Estas medidas no han sido fáciles. Evidentemente los sectores conservadores han intentado frenarlas. El príncipe heredero parece determinado en un proyecto de apertura e inclusión de jóvenes y mujeres para impulsar la economía y restringir el peso de los sectores más radicales del islam. Busca abrir y actualizar, poco a poco, a Arabia Saudita.
El mundo árabe y mundo musulmán no son monolíticos. Como cualquier sociedad las tensiones mueven el péndulo de un lado a otro. Las mujeres empoderadas, en el sector laboral y con mayor educación empezarán a transformar esa sociedad. ¿Por cuánto tiempo? ¿Hasta dónde? Difícil de saberlo. Es poco el avance pero el camino tomado es sin duda el correcto.
Jacobo Dayán
@dayan_jacobo
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