Lo estúpidamente interesante de los intercambios de regalos

Siempre hay formas de librarse de los regalos ridículos o inútiles de los intercambios, el chiste es ser creativos.

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A mí no vengan a decirme que les encantan los intercambios de regalos navideños y que siempre quedan satisfechos con lo que les dan, porque no les voy a creer ni una sola de sus mentirosas palabras.

En estas fechas en las que según todo es “dar y recibir”, existen muchos Godínez que se preguntan ¿por qué fregados terminan siendo parte del intercambio de regalos organizado por la o el Godín alfa de la oficina? Si la neta es que les resulta más irritante que calzón lavado con jabón Zote.

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Pero la respuesta es simple, NO HAY FORMA DE ZAFARSE DEL INTERCAMBIO GODÍN DE LA OFICINA. Punto y se acabó.

De hecho, según una encuesta del portal laboral Trabajando.com, siete de cada 10 mexicanos no nos escapamos de este tipo de dinámicas de fin de año en la chamba y esos tres valientotes que tuvieron los tamaños para decir: “Yo no le entro”, pueden ser catalogados por los jefes como poco dispuestos a la integración y como “cortados” por sus compañeros que, aunque a la fuerza, sí le entraron al mentado intercambio.

Además, ya todos sabemos que en los intercambios dar un buen regalo y recibir otro igual de bueno es un acto de pura y brutal serendipia. Así que este año no hagan berrinches ni corajes, mejor busquen refugio en la ciencia, ya que según una investigación publicada en “Journal of Experimental Psychology”, las personas que hacen regalos útiles y bien pensados, obtienen un nivel de satisfacción superior a quien recibe el obsequio, porque resulta que los buenos regaladores son el fondo un tanto narcisistas y en cierto modo pretenden plasmar una parte de ellos mismos en el objeto elegido, además de que en sus cerebros se activan ciertas áreas de bienestar cuando  lo entregan; obteniendo mayores beneficios cerebrales por el simple hecho de dar.

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Neta, siempre es mejor ser recordado como el incauto al que le dieron una bufanda, calcetines o calendario, que el cabrón que tuvo el valor de regalar eso.

Eso sí, dar mucho para sentirse mejor puede ser dañino para sus finanzas, o al menos eso es lo que indica la encuesta en temas financieros de conocido banco internacional, la cual destaca que al 35% de los mexicanos se les va su aguinaldo en puros regalitos navideños. Y así ¿pues cómo?

Pero no se acongojen, siempre hay formas de librarse de los regalos ridículos o inútiles de los intercambios, el chiste es ser creativos. Por ejemplo, en la producción del programa de televisión para el cual trabajo desde hace algunos meses, me sorprendió su original y teporocha propuesta de intercambio navideño. La idea es regalar cervezas artesanales, las cuales serán compradas, entregadas y consumidas en una coqueta cantina muy cerca del canal. Está chido ¿no?

También pueden hacer que las personas se vuelvan a sentir como niños abriendo un regalo, lo único que hay que hacer comprarles algún juguete o figura de su caricatura favorita de la infancia (si tienen entre 35 y 45 años, siempre quedan bien con personajes de He-Man, ThunderCats, Caballeros del Zodíaco, Candy Candy o Sady Bell), lo que en realidad se obsequia con este tipo de detalles es una ventanita a la nostalgia de una niñez que ya se nos había olvidado. Créanme, no falla.

Termina su columna y ¡FELICES FIESTAS A TODOS! Menos a esos que dan regalos reciclados, bufandas o calcetines en los intercambios.

 

 

 

 

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Conductor de radio y televisión experto en temas de diversidad sexual. También es un aficionado de encontrarle el lado estúpidamente interesante a la vida.

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