Lo estúpidamente interesante de las cejas depiladas

Si los ojos son las ventanas del alma, prácticamente las cejas se convierten en los marcos de nuestra belleza interior ¿no?

A mí no me convencen, las cejas no son accesorios que están a contentillo de la moda. Durante décadas hemos escuchado jaladas como: “esta temporada lo que está en tendencia son las cejas muy delgadas” y tres meses después: “lo de hoy son las cejas muy marcadas, pero en tonos suaves”. Y ahí tienen a mujeres y hombres por igual, primero quitándose pelos y después pintándoselos porque ya no les volvieron a salir igual.

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Pero ¿Qué creen? Si las cejas están ahí es por algo y no es precisamente para depilarlas. De entrada, están ergonómicamente diseñadas con esa característica forma de arco que termina en punta hacia los laterales de la cara, porque de esta forma desvían el sudor que se resbala por la frente evitando que llegue a los ojos. Quiero ver que unas cejas sin pelos hagan lo mismo.

También evitan que el exceso de luz pegue directamente sobre nuestros ojos eliminando los brillos ocasionados por los reflejos ¿Una raya pintada con delineador podría hacer esto?

Y lo más importante de todo ¡Nos ayudan a comunicarnos mejor! Las cejas funcionan como un acento de lo que decimos y aportan intencionalidad a nuestros mensajes. Es muy estresante platicar con mujeres que tienen la ceja pintada a la María Félix, porque parece que todo el tiempo andan enojadas, y en el caso de los hombres con cejas de reggaetonero, dan la impresión de que sin importar lo que les digas siempre están asustados.

A demás los dermatólogos advierten que, si nos depilamos a cada rato las cejas pueden dañarse los folículos del vello provocando que no vuelva a crecer. Para evitar que esto ocurra es recomendable eliminar los pelos rebeldes hasta que hayan crecido del todo. Recuerden que hoy no los quieren ahí, pero tal vez mañana los quieran de regreso.

Los pelos encarnados son otra consecuencia de andarse depilando las cejas con pincitas, ya que los pelos se rompen debajo de la piel y quedan atrapados en forma de granos rojos muy dolorosos, los cuales hacen que los marcos de nuestra belleza interior se vean bien feos. Por eso es recomendable ir arrancando los pelos en la misma dirección de su crecimiento.

Porque con todo y todo, tampoco se trata de andar por la vida con el entrecejo lleno de pelos que hasta parezca que tenemos solo una ceja. Está bien darle su depuradita de vez en cuando para definir su forma natural. Pero si lo que buscan es modificar radicalmente el grosor o arco de tus cejas, entonces mejor acércate a los expertos en diseño de imagen para que ellos los orienten y les digan si lo que quieren hacer es lo más favorecedor para tu rostro y no al contentillo de la moda.

Termina su columna y simplemente no puede con las cejas de reguetonero.