Pero si no lo habían notado, es porque segurito llevan como cuatro décadas en modo misántropo y viviendo en una cueva alejados de cualquier indicio de evolución social. No hay de otra, porque ya hasta WhatsApp reconoce con sus emojies que hay hartos tipos de familia en esto de la convivencia humana. Y lo digo
Pero si no lo habían notado, es porque segurito llevan como cuatro décadas en modo misántropo y viviendo en una cueva alejados de cualquier indicio de evolución social. No hay de otra, porque ya hasta WhatsApp reconoce con sus emojies que hay hartos tipos de familia en esto de la convivencia humana.
Y lo digo porque ya ven que existen personas que nacen con la canija cosquillita de joder al prójimo bien encriptada en el sistema operativo, lo cual no está nada bonito, porque les produce una visión muy limitada de la pluralidad de la vida. Para esta gente “namás” hay de un modo (el suyo, obvio) y a pesar de que la realidad les pica los ojos a cada rato y les da unos cachetadones onda Eduardo Yañez, pues ellos y ellas siguen neciando en que el único tipo de familia que vale y al que hay que respetarle sus derechos es el que han denominado como “familia natural”, ya saben, ese en el que hay mamá, papá e hijitos. Si hace falta uno de los elementos antes mencionados, entonces su familia es antinatural, es más, ni familia es.
Y aunque este tipo de ideas resultan más fastidiosas que las inoportunas llamadas ofreciendo cambio de compañía celular, es de lo más alarmante que a estas alturas en México las personas que aspiran a gobernar el país, se nieguen a aceptar que la diversidad sexual es una realidad que no pueden seguir negando, y que por obligación y derecho, las familias diversas somos merecedoras no solo de respeto, sino también de un trato igualitario ante la ley, la justicia, la seguridad social y de que se garantice nuestra salud.
Hasta estos momentos los precandidatos con más posibilidades entrarle al quite por la contienda presidencial de este año, hay visto de soslayo el tema de las familias diversas. Ahí tienen el ya tristemente célebre “esto es distinto” de la candidata independiente Margarita Zavala, ante la solicitud de una familia lesbomaternal de tomarse video con ellas; también está el “No tanto así” de José Antonio Meade, cuando le pidieron foto con una bandera de la diversidad sexual; el “Lo vamos a hacer muy claro” de Ricardo Anaya luego de la petición expresa de plantear su propuesta para la población LGBTI; o la promesa de AMLO de “respetar” a gays y lesbianas, pero no de garantizar nuestros derechos ¿Y qué me dicen del “Creo en el principio de la familia, creo en el matrimonio entre hombre y mujer, no en las otras zonceras” del también independiente Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”. Todas estas declaraciones tienen más gracias que cualidades diplomáticas ¿A poco no?
Sería pertinente recordarle a los y la aspirante a la presidencia, los resultados del estudio que el año pasado presentó el Instituto de Investigaciones Sociales, en el que se comprobó que en México existen mayoritariamente 11 diferentes tipos de familias, las cuales se caracterizan por tener un número variado de integrantes y por estar encabezadas por padres y madres solteras o por parejas del mismo y diferente sexo. Fíjense sino:
Las familias más comunes en nuestro país son: 1) Papá, mamá y niños (25%); 2) Papá, mamá y jóvenes(14.6%); 3) Padres, hijos y otros parientes (9.6%); 4) Familia reconstituida (11.1%); 5) Pareja joven sin hijos (4.7%); 6) Nido vacío (6.2%); 7) Pareja del mismo sexo (0.6%); 8) Papá solo con hijos (2.8%); 9) Mamá sola con hijos (16.8%); 10) Co-residentes (4.1%); y 11) Familia unipersonal (11.1%).
Ante estos datos y por el simple hecho de vivir y convivir en esta sociedad, me atrevo a decirles lo siguiente:
Familias encabezadas por madres solteras, que nadie me las ande ninguneando, porque cuando los obstáculos son grandes, es cuando más se disfruta el triunfo. Todo mi respeto y admiración a su fortaleza y valor.
Hijos e hijas de padres divorciados, su familia no está rota como muchos pretenden hacerles creer, solo es distinta, y el amor que sus padres les tienen, siempre los mantendrá unidos.
Familias lesbomaternales y homoparentales, los prejuicios de la gente no le restan ni un ápice de valor a su hogar, ni a su dignidad. La familia que ustedes decidieron formar es hermosa.
Hijos e hijas con dos mamás o dos papás, tengan la seguridad de que son los hijos más deseados del mundo y que sus papás o sus mamás siempre harán lo posible para que ustedes sean mejores y más fuertes.
Y, por último. Para esa gente que consideran que mi familia es “antinatura” por el hecho de estar casado con otro hombre, permítanme explicarles que la naturaleza es tan sabia, que creó a mi esposo de 1.90 metros y a mí sólo de 1.70, para obligarme a mantener la frente en alto cada que lo beso.
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