L’amargeitor en MOI

Nada disfruto más que el humor negro, un “poco” de sarcasmo y eso sí: decir las cosas como son…

Tengo 45. Un esposo d’esos que no hay muchos, el Sponsor, que no entiende nada de sarcasmo, ni de humor negro (¡imagínense!) y que no solo me sigue, me aguanta ¡e incentiva! mis histerias, ocurrencias y proyectos de todo tipo, es mi fan número 1, mi soporte y el mejor compañero que me pude encontrar para compartir y crecer en esto que se llama vida.  Una puberta de 13 increíble -menos cuando está cagante–  pero con todo y todo, es la persona más sensata y chingona que conozco; un futbolista de 10 que come, habla respira, sueña fut, ama jugar UNO y hacerme pedazos y es, sin duda, el ser más sensible y empático que tengo el honor de conocer; dos perros falderos adoptados y millones de cosas que hacer todos los días… aunque a veces siento que no hice nada.

 

Nado para meditar. Leo absolutamente todo lo que me cae en las manos. Amo tomar fotos (aunque mis hijos me alucinen). Me dedico a las relaciones públicas (lo cual es el colmo de los colmos, siendo L´amargeitor y la poquísima fe que tengo en la humanidad). No hago toda la yoga que quisiera, pero siempre me renueva. Tomo clases de entrenamiento funcional que me hacen llorar cada vez y preguntarme qué chingados hago ahí, pero siempre regreso (¡pago por sufrir y me encanta!). Amo cocinar y hacer eventos en mi casa (siempre y cuando se vayan todos a las 9:00 PM y me pueda tirar a ver la serie del momento). Soy chofer (de lujo) en las tardes y por momentos –muchos- olvido respirar, dar el golpe y disfrutar.

 

Por eso decidí hacer este blog. Escribir siempre me hace sentir bien. Me gusta. Y parece que, sorprendentemente, hago eco en otras personas, aunque no en cualquiera porque, sobre todo, soy bastante, amargeitor (que ¡ojo!  no es lo mismo que amargada eeeeeeh). Nada disfruto más que el humor negro y un “poco” de sarcasmo y eso sí: decir las cosas como son…

Soy MUY intolerante a la estupidez humana, soy radical, angustiosa, requete neuras y opino demasiado.  Me parece que la única cosa peor que hacer algo mal, es hacerlo despacio y no puedo con las personas que se sientan a pobretearse de ellas mismas: las víctimas, ni mucho menos con la incongruencia.

Soy una controladora profesional en proceso constante de recuperación, aunque no estoy segura de lograrlo algún día -ni modo-. Nada me causa más satisfacción que palomear pendientes y resolver cosas, soy una “doer” obsesiva, sistemática y MUY eficiente, no puedo dejar las cosas para después y no entiendo que haya personas que no se hacen cargo de lo que necesitan encargarse y posterguen la vida ¡como si esta los fuera a estar esperando!

Me preocupa enormemente el mundo en el que vivo. La contaminación. El abasto de agua. La inseguridad. Mi ciudad. Mi país. Las pendejadas de Trump, y lo que nos espera con los resultados de las elecciones este año (gane quién gane omaigaaaad).

Pero una de mis mayores angustias es que la sociedad en la que vivimos, no se está dando cuenta de la responsabilidad que tiene en el futuro. Nos quejamos constantemente del mierdero que tenemos en este país, pero no estamos dispuestos a hacer ¡nada! que nos saque dos segundos de nuestra burbujita rosa y nuestra zona de confort.

No estamos viendo que en nuestras manos está el futuro de México.

¡Somos nosotros los que estamos educando y formando a los futuros líderes de este país! y desde mi muy particular punto de vista, lo estamos haciendo pésimo. Estamos criando personas completamente inútiles al hacerles todo para que no les “pase nada”. No los dejamos frustrarse, equivocarse, enojarse, resolver o joderse tantito para aprender a ser tolerantes, resilientes, empáticos ni mucho menos, tantittito pacientes “porque son niños”. Les damos todo listo, pelado, en la boca, y de preferencia en chinga y de marca mamona, para que no se vaya a traumar porque “no lo puedes dejar fuera, pobrecito”. Somos una generación de mamás y papás traumados por no traumar y ESE es el peor error que cometemos como padres de familia bajo el estandarte de “quiero que sea feliz”, eso sí.

Si la definición rápida de sobreproteger, es hacer por tu hijo CUALQUIER cosa que él puede hacer solo, imagínense el nivel de sobreprotección que estamos manejando y las consecuencias que eso va a tener en sus vidas adultas y por supuesto en nuestro país. Personas caprichosas, intolerantes, cero empáticas y egocéntricas, incapaces de escuchar, resolver o tener algún tipo de conexión (en persona) con nadie, acostumbrados a tener todo en el instante y vivir, comer, vestir y viajar, solo, si es rodeados de lujo y sin tener ninguna conciencia de la realidad que vive el 90% de nuestro país…puros Trumpcitos ¡que terror!

ESA es mi más grande preocupación. La absoluta inconciencia del impacto que van a tener nuestros hijos en nuestro país y se ha vuelto una de mis principales razones para seguir escribiendo.

Despertarnos un poquito y dejarnos de andar con chingaderas.

Formar hombres y mujeres de bien es la ÚNICA solución para México y necesitamos ponernos la pila y cambiar el enfoque.

Mi método son los verdadazos, digo las cosas como van y como las pienso. Pido disculpas de ante mano porque no tengo filtros. Peeeero siempre estoy en busca de una luz al final del túnel, de algo que me ayude a entender y proponer,  ser mejores personas y contribuir, así, a mejorar este planeta.

De pasada, echar unas buenas carcajadas para procesar esto de la vida porque, me parece que ¡nada! es más importante, sanador y liberador que reírse de uno mismo (¡y del de al lado!) y, si tú estás aquí, aparentemente no estoy sola.

Si te quieres reír a carcajadas y aguantas uno que otro verdadazo, búscame en Instagram, en Twitter y en el feis. También escribo en el HuffPost México y todas mis opiniones están en lamargeitor.com.

Gracias a ti por leer, comentar y compartir. Gracias a Moi por invitarme y hacerme un huequito por aquí, estoy segura de que será: the beginning of a beautiful friendship…aquí vamos pues.

¡Bienvenid@s!

L’amargeitor

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