La importancia de la lectura

No tiene nada de malo que no te guste la literatura clásica, lo que sí, es que tienes que empezar a leer más.

Se vale que no nos gusten clásicos de la literatura como el mismísimo Quijote, y como aconseja Vargas Llosa, si un libro no nos atrapa desde el primer capítulo hay que mandarlo a volar para buscar otro que no nos permita despegarnos de él hasta leerlo completito, aunque después andemos sufriendo por haberlo leído tan rápido.

Neta no está nada bonito que haya tanto de estudio y encuesta nacional internacional que colocan a México como uno de los países con menos lectores de todo el mundo. Por ejemplo, la Encuesta Nacional de Lectura 2012 realizada por la Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura, reveló que en nuestro país, uno de cada dos hogares solo tienen entre uno y 10 libros que no son escolares, mientras que el 54% de los encuestados indicaron que no leen cotidianamente y el 35% aseguró no haber leído un solo libro en su vida.

Datos como estos ya no sorprenden a nadie, es más, en lugar de dejarnos con el espíritu en franca zozobra y con ganas de devorar libros para recuperar la dignidad perdida; todo parece indicar que ya nos resignamos a vivir con ellos a pesar del tremendo ardor que nos puedan provocar.

Y aunque la Feria Internacional del Libro de Guadalajara es una de las más importantes del mundo, y La Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil es de las mejor organizadas; estos eventos se convierten en excelentes alfombras rojas para los editores y escritores, lo cual resulta muy atractivo para el público que sí es lector, pero poco trascendente para esos 44 millones de mexicanos que nunca han leído un libro.

Creo que la estrategia puede cambiar, a la gente no hay que decirle qué leer o cuánto tiempo al día tiene que hacerlo (como si se tratara de cardio pa’ quemar lonja), lo que resulta más interesante es plantear temas, seducir con historias y ¡POR AMOR A LA HUMANIDAD! Hay que sacudirle tanto a los libros como a los autores esa carga de solemnidad que solo aleja a la gente de la lectura.

En lo personal y a pesar de que estamos en plena conmemoración de los 400 años de la Muerte de Miguel de Cervantes, nunca le recomendaría a ese 35% de la población que en la vida ha leído un libro, que comience su travesía literaria echándose El Quijote. Porque muy seguramente me lo van sorrajar en la cabezota y con tremendo librote, sí me andan lesionando gravemente.

Hace poco tuve oportunidad de entrevistar a Jorge Volpi, director del Festival Internacional Cervantino, y no pude evitar decirle que El Quijote es mi Waterloo literario ¡Obvio! Esperaba que me mirara con soslayo o me tachara de palurdo y blasfemo. Pero nada que ver. Me explicó que lo mismo le pasa a muchísimas personas, porque se trata de una obra escrita en un español completamente en desuso, lo cual hace que la lectura sea un poco más lenta de lo normal, y por lo tanto, pesada.

La buena noticia es que Volpi adelantó que como una estrategia para acercar la obra de Cervantes a los jóvenes (los millennials que les llaman), ya se está preparando una nueva versión del Quijote adaptada al español actual y cotidiano.

Por cierto, si ustedes son de mente curiosa, hiperactiva y hasta latosa; estoy seguro que si leen algo de Volpi ¡LO VAN A AMAR! porque igual escribe de científicos que encuentran secretos en la Segunda Guerra Mundial, que de política o la forma en la que funcionar del cerebro cuando leemos y hasta de demonios que mean y luego existen.

Termina su columna y se convence de que la lectura no es un asunto de tiempo, sino de gusto y hasta de antojo.

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