Es momento de hacer preguntas

Las preguntas que hay que hacer a partir de lo que está ocurriendo en CDMX, en el país... y en el mundo.

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Ahora soy yo quien pide respuestas. Esta columna no estará dedicada a tratar de explicar algo de lo que ocurre. Más bien, a partir de lo que ocurre, trato de hacernos las preguntas correctas. Las respuestas de cada una y uno de nosotros podrá ser una guía para conocernos y saber lo que está o no está dispuesto a hacer ante la gravedad de la situación en México.

Así pues, aquí las preguntas que nos hago:

¿Cuánta violencia más es necesaria para hacernos reaccionar?

¿Cuánta corrupción más es necesaria para hacernos reaccionar?

¿Cuánta impunidad más es necesaria para hacernos reaccionar?

¿Por qué somos capaces de salir de manera solidaria ante un desastre natural y no podemos apoyar a las madres que buscan en fosas clandestinas a sus hijos desaparecidos?

¿Por qué estamos dispuestos a tolerar la tortura como método de investigación?

¿Por qué en Argentina una persona desaparecida genera movimientos enormes de la población y más de 30 mil desaparecidos en México no movilizan casi a nadie?

¿Por qué los intentos por bloquear investigaciones sobre corrupción en Guatemala producen marchas de miles y aquí con absoluta impunidad caso tras caso no se moviliza casi nadie?

¿Por qué relacionamos Derechos Humanos con defensa de criminales?

¿Por qué no estamos dispuestos a defender nuestros derechos, por qué no nos preocupamos por conocerlos?

¿Por qué nos molestamos con el trato que dan a los migrantes mexicanos en EUA si nosotros aquí asesinamos, torturamos, secuestramos y desaparecemos migrantes centro y sudamericanos?

¿Por qué nos preocupa la crítica que hace Trump a los medios y nos importa poco que los medios mexicanos estén violentados, censurados y autocensurados?

¿Por qué no nos escandalizan fosas clandestinas del crimen organizado o del gobierno con cientos de cuerpos?

¿Por qué no nos horrorizamos con zonas y campos de exterminio en México en los que hay decenas de miles de restos óseos?

¿Por qué nos enojamos con los escándalos de las redes de corrupción pero no nos preocupan las redes criminales entre gobiernos y organizaciones delincuenciales?

¿Por qué casi nada fuera de la corrupción nos indigna?

¿Por qué ser uno de los países con más desencanto por la democracia, menor libertad de expresión o menor transparencia del mundo no nos preocupa?

¿Por qué reaccionamos ante un acto terrorista en Europa y no ante una masacre de cientos de personas en México?

¿Por qué nos parece irrelevante que la marginación y la pobreza sean una constante en nuestro país?

¿Por qué nos da lo mismo si el sistema educativo mexicano es una tragedia?

¿Por qué no salimos a las calles a exigir?

¿Por qué hemos normalizado el horror?

¿Por qué creemos que las cosas se resolverán sin nuestra participación?

¿Por qué?

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