Así cierra México en 2017

El año más violento de nuestra historia desde la Revolución

Muchos son los balances que se hacen al terminar un año. Ante los niveles de violencia que (sobre) vivimos en nuestro país, el balance de Derechos Humanos es sumamente importante. 2017 fue el año más violento de nuestra historia desde la Revolución. Estar enterado de lo que ocurre resulta primordial, obligado.

Human Rights Watch (HRW) publica cada año un reporte mundial. Esto es lo que resalta para nuestro país:

“Durante el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, que se inició en 2012, miembros de las fuerzas de seguridad han estado implicados en graves y reiteradas violaciones de derechos humanos —incluidas ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, y tortura— en el marco de acciones contra el crimen organizado”. Por supuesto que a esta violencia hay que agregar la de la delincuencia organizada y la no organizada. Ante el caos, la violencia es la constante. Todo esto con casi absoluta impunidad.

Los grandes temas para HRW sobre México son:

-Desapariciones forzadas: Para agosto de 2017 el gobierno reconocía más de 32 mil desaparecidos. Cabe resaltar que la forma en que los contabiliza asegura que la cifra es muchísimo mayor.

-Ejecuciones extrajudiciales: “En 2014, el Relator Especial de la ONU sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias señaló que en México ‘sigue produciéndose un número alarmante’ de ejecuciones extrajudiciales por miembros de las fuerzas de seguridad mexicanas, en un clima de impunidad ‘sistemática y endémica’”.

-Tortura: “Es habitual que en México se torture a detenidos para obtener información y confesiones… Según una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México a más de 64.000 personas que, en 2016, estaban encarceladas en 370 cárceles de todo el país, el 57,8 por ciento de la población penitenciaria informó haber sufrido algún tipo de violencia física al ser arrestado”.

Por otra parte, hay varios grupos que se encuentran bajo permanente ataque: periodistas, defensores de derechos humanos, mujeres, menores y migrantes, entre otros.

A la crisis de inseguridad se suman los casi absolutos niveles de impunidad, una corrupción cínica y los antiguos problemas mexicanos como la desigualdad, falta de oportunidades, discriminación y tantos otros.

El país se encuentra en una profunda crisis. No querer verlo es irresponsable, pensar que se va a resolver solo es ingenuo. En momentos como estos, hacer lo que a cada uno corresponde no es suficiente, todas y todos debemos hacer un poco más.

La pelota está en la cancha de la sociedad civil. Solo desde allí esto cambiará.

 

 

¿Te gustó esta nota? Califícala