Los rostros del control

¿Son controlados o controladores? Ninguna de las dos opciones es la mejor, te contamos todo.

Compartir

Vivir controlado es una fantasía de que la vida puede ser lo que tú dices a cualquier precio, es un vivir sin fluir, estar alerta, vigilar y querer dominar.

También es una forma de manipulación constante, un estado de alerta y de miedo en todo y una pelea con la vida y es agotador.

Te interesa: Hábitos que destruyen tu felicidad

¿Cómo es una personalidad controladora?

  • No se acepta a sí misma y está todo el tiempo queriendo cambiar y cambiar a los otros.
  • La Emoción más común de un controlador es el MIEDO Y LA INCERTIDUMBRE.
  • No piensa en controlar, es una reacción automática de sobrevivencia.
  • Las cosas deben de ser como dice y pelea con la realidad.

Tipos de control

Control mental

  • Dándole vueltas a algo en tu cabeza todo el tiempo como una obsesión.
  • Quieres ser tú quien diga la última palabra.
  • Pasas a la conclusión antes de que el otro haya terminado.
  • Tienes altas expectativas de todo.
  • Te molestas e intentas convencer a otros cuando no están de acuerdo con tus ideas.
  • Psicoanalizas al otro buscando controlarlo.
  • Te críticas, culpabilizas y persigues pensando que es la mejor forma de mejorar.
  • Razonas tus emociones y todo lo quieres entender cuando solo hay que sentir.

Te interesa: Secretos para encontrar tu guía interior

Control emocional

  • Te controlas negando lo que sientes, ignorando lo que pasa.
  • Rechazando el afecto, un alago, una ayuda, no sabes recibir por control.
  • Compensando para no ser descubierto tal cual eres.
  • Quedándote callado y reprimiendo lo que quieres gritar al mundo.
  • Fingiendo que estás feliz para complacer o ser aceptado.
  • Sometiéndote a las necesidades de todos menos las tuyas.
  • Atrayendo inconscientemente problemas para ser rescatada. LA VÍCTIMA.
  • No comprometiéndote con nada, dando vueltas, no cerrando, por miedo a crecer.
  • No terminando una relación dañina por miedo a estar solo.
  • Ayudas y rescatas a todo mundo para cobrar factura y controlarlos.
  • Sientes rencor y te cierras ignorando al otro.
  • Haces que los demás se sientan mal a su ritmo siendo perfecta en todo.
  • Seduces para conseguir lo que quieres.
  • Responsabilizas a los otros de tus olvidos, de tus errores, etc.
  • Ridiculizas, criticas, descalificas al otro para controlarlo y que cambie.

Control físico

  • Desapareciendo de un lugar estando sin estar. Ausente y en la luna.
  • Llorando o haciendo un drama para llamar la atención o controlar.
  • Enfermándote para controlar a otro.
  • Hablándole a todo mundo de tus problemas.
  • Pidiendo ayuda para todo sin ni siquiera intentar hacerlo tú.
  • Disfrutar tu sexualidad, ser feliz, sentir placer te hace sentir culpable.
  • Hablas en voz alta o gritas.
  • Te exiges demasiado en el ejercicio, en la alimentación.
  • Te pones una máscara por sonreír y fingir que todo está bien.

¿Con quién ejerces tu control?

  • Controlas todo el tiempo a tu pareja.
  • Controlas tu alimentación.
  • Controlas a tus hijos en su manera de pensar y actuar.
  • Controlas tus emociones.
  • Controlas a tus amigos.
  • Controlas a tu familia.

Áreas de control

  • Pensamientos y Emociones
  • Apariencia física
  • Ropa, casa, espacios
  • Dinero
  • Trabajo
  • Salidas, ocio, vacaciones
  • Amigos
  • Sexualidad

¿Por qué tanto control?

  • El control nace del miedo a la incertidumbre.
  • El control es un mecanismo para “no experimentar DOLOR”.
  • Fue un mecanismo de seguridad y sobrevivencia.
  • Cuando tus padres no tienen el control, lo tomas TÚ.

¿Cómo puedo salir del control?

  • Trabaja con tus heridas de la infancia.
  • Observa tus áreas de control.
  • Date el permiso de estar en la incertidumbre.
  • Respira y ponte en neutro unos minutos.
  • Acepta lo que sientes.

El control es una forma de supervivencia que no te permite dejarte sorprender por la vida.

¿Te gustó esta nota? Califícala

1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (1 votes, average: 5.00 out of 5)
Loading...

Sé el primero en comentar este artículo

Dejar una respuesta