Por Odette Lomeli
La teoría milenaria del Feng Shui dice que el entorno en el que nos movemos, requiere de una armonía para influirnos con energía positiva. De ahí que nuestra casa sea, por así decirlo, la fuente de poder del sistema operativo de nuestras vidas.
Cada vez que cruzamos la puerta se estimula nuestro sistema nervioso; ese acceso representa el tipo de “chi” o energía que recibimos. Por eso es bueno poner flores (sobre todo en la entrada) para dar vida, aire, sol, agua y tierra; para renovar el impulso de seguir cada vez que entremos o salgamos. Las flores sanan y protegen; úsalas a tu favor todo el año. Aquí te decimos cuáles debes de tener para que tu 2018 sea espectacular.
De preferencia utiliza flores frescas pero si por cualquier motivo no te es posible conseguirlas, usa su fotografía. Con sólo mirarlas despertarán en ti la energía que evocan.
También te sugiero llevar en tu cartera una tarjeta con la flor del mes, o ponerla en tu coche. Así, aún en medio del embotellamiento de la vida cotidiana, te reconectarás con la alegría de tu jardín interior.
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Enero. Empieza con la prímula. Una flor que nos recuerda nuestros dones y permite que se develen las cosas buenas que están escondidas. Simboliza sabiduría, habilidad para trazar el mapa del camino, es restaurativa e inyecta nueva juventud a los proyectos.
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Febrero. Pensamientos. Son excelentes para darle alegría al amor y el romance en tu casa. Traen mucha felicidad y dan sentido de seguridad.
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Marzo. Pasionaria. Crea y fortalece nuestros lazos de amistad con la vida, con nosotros mismos y con los que nos rodean. Es una pacificadora. Llenará tu casa de paz.
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Abril. Ciclamen. Nos reconecta con el presente y ayuda a dejar ir el pasado. Es una gran constructora de la autoestima. Nos hace recordar nuestra inocencia, dando frescura renovadora a los pensamientos para dejar de ser duros con nosotros mismos.
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Mayo. Gardenias. Trae gardenias a tu espacio y ve como se llena de vida, de magia y milagros. Ayudan a sanar heridas emocionales y despejan las preocupaciones financieras. Elevan el espíritu.
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Junio. Claveles. Buenísimos para mitad de año por que nos ayudan a dejar atrás todo aquello que no sirve; aligeran la carga e inyectan valor, son impetuosos, llenan de fuerza.
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Julio. Violetas africanas. Para seguir siendo felices, pase lo que pase. Estas flores llenarán tu casa de energía despreocupada y te recuerdan que la paciencia y lo que damos se nos regresa multiplicado.
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Agosto. Aster. Balanceadoras de luz y obscuridad. Supuestamente son sagradas desde la antigua Grecia por simbolizar el autoconocimiento. Ayudan a reconocer lo positivo y negativo en nuestras acciones, para poder decidir mejor.
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Septiembre. Lavanda. Despídete del enojo y la depresión. Adiós a la negatividad. Haz bouquets de lavanda y regálalos por donde vayas. Refrescarán tu mente con su aroma y te ayudarán a probar el sabor de la serenidad.
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Octubre. Girasol. Es la flor de la suerte. En virtud de que siguen la luz, verlas nos recuerda la naturaleza mágica de la vida. Nos impulsan a ser como ellas: a seguir siempre al sol.
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Noviembre. Rosas. Llénate de poder: en sus más de diez mil variedades, las rosas son las reinas del amor, y no hay nada más poderoso que el amor mismo. Fortalecen el espacio físico, mental y emocional.
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Diciembre. Flor de durazo. Florean en grupos, nos hacen recordar que somos parte del todo, cimientan nuestras relaciones en la fidelidad y perpetúan la bondad y la gratitud.