Si vives en una ciudad grande, sabes que no te puedes resistir a las compras. Sigue estos tips para controlarte.
Desde la mitad del año pasado hasta la mitad de este estuve viviendo en la CDMX, actualmente vivo en Los Ángeles que aunque no los creas es muy parecida a México solo que con gente que habla inglés y un poco más ordenada. Pero ambas ciudades son muy grandes, caras y la gente mantiene un estilo de vida extremadamente consumista. Por lo que a diferencia de vivir en provincia, gastas mucho más y en cosas que ni siquiera te das cuenta. Así que tuve que ponerme a leer nuevamente el libro “Pequeño cerdo capitalista” de Sofía Macías y junto con ideas propias te comparto estos consejos para ahorrar si vives en una ciudad grande.
Es indispensable un “budget”. Tener un presupuesto mensual o mejor aun, semanal e incluso diario funciona como no tienes una idea. De ésta manera decides en qué vas a gastar y te apegas al plan lo más posible. Te da la libertad de saber que si de ese presupuesto aun te sobró un poco puedas ahorrarlo o si ya de plano “te lo mereces” comprarte tu capricho de ropa, zapatos o la cena de un miércoles con tus amigos.
Separa las emociones. Cuando vives en una ciudad atiborrada de centros comerciales, tiendas de ropa en cada esquina, o te llama el olor del café de Starbucks en cada cuadra es sumamente complicado no gastar. Pero utiliza tu inteligencia emocional, antes sacar tu tarjeta de crédito, detente diez segundos, respira profundamente y hazte la pregunta ¿Qué pasa si no lo compro? Si la respuesta es “nada” o al menos se asemeja a casi nada ¡No lo compres! Es una compra simplemente emocional.
Actividades gratuitas. Entrar a clases de zumba, yoga, música o lo que sea puede ser parte de tu presupuesto, pero siempre hay alternativas que le resta números a tus cuentas. Puedes buscar actividades gratuitas, en muchos parques hay clases de cooperación voluntaria, casas de cultura a muy bajo costo como “La Casa del lago”, o puedes bajar la aplicación “meet up” donde encuentras actividades de grupos de interés en común con los tuyos.
Lleva tu lunch. Ya sea para tu trabajo o la escuela, pero también esto lo puedes aplicar los fines de semana. En vez de irte a un restaurante donde te gastas una buena lana, lánzate a un parquecito, una plaza al aire libre o donde sea que tengas ganas y aprovecha para hacer un mini picnic, y solo gasta en un helado, una galleta o cualquier postre.
¿Te sirvieron estos tips? ¿Qué haces normalmente para ahorrar? Deja tu respuesta y escribe a @dulcedagda y @revistamoi.
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