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Anuario

Cómo tomar té a la Debayle

Pero tiene que ser de verdad, ¿eh? Nada de que una bolsita mal remojada en una taza hirviendo. Tomar té va mucho más allá de eso

Martha Debayle.com

Es bien sabido que amo el té y que lo tomo todo el día, ¡hasta haciendo ejercicio! Mi marido ooodia que salimos de viaje y siempre regreso con una tetera o hasta con un juego entero de porcelana china con todo y su base de madera. Sí, como lo leen, me traje cargando no uno, no dos, ¡TRES JUEGOS DE TÉ DESDE SHANGAI! Así que me tomo muy pero muy en serio el asunto del té.

Para empezar, tienes que saber que el té de anís que te daba tu mamá para el empacho no es té, es una tisana, para que cuando llegue tu suegra y te pida con cara de mustia un tecito de manzanilla, le des cachetada con guante blanco y le digas: “Eso no es té, es tisana, pero con mucho gusto se lo sirvo”. Dicho y hecho, se lo sirves como si estuviera en Buckingham.

Servir dignamente el té, aunque estés solo en tu casa, te da un minutito de relajación y te ayuda a descansar de todo, pero es todavía más importante cuando tienes visitas. Así́ que prepara tu charola, unas tazas divinas −con asa para tus invitados viejitos y vasos de doble fondo para los más cool −, tu té favorito y manos a la obra.

¡QUÉ CALOR!

Para que tu té quede perfecto, olvídate del agua humeante que te dejaría quemaduras de tercer grado si te cae encima. Mejor sigue estos pasos…

  1. Pon a calentar el agua, pero no dejes que hierva; la temperatura ideal es 85oC, si está muy caliente provocas una pérdida excesiva de oxígeno y cambias el sabor final; si llega a hervir, deja que se enfrié un poco.
  2. Si es té blanco, déjalo dos minutos; para cualquier otro, unos tres minutos y medio. No lo dejes más porque se sigue in- fundiendo y cambia el sabor, por eso, algunas veces te sabe amargo. Lo mismo con los de bolsita, si los dejas más de tres minutos en la taza con agua, cambia el sabor.
  3. Respeta la proporción ideal de 2 g de té por cada 160 ml de agua.

¿TÉ O TISANA?

Es importantísimo saber diferenciar entre tés y tisanas. El té viene ÚNICAMENTE de la planta Camellia Sinensis, que contiene teína. De esa misma planta vienen los tés blanco, rojo, negro, verde, amarillo y azul; el proceso de cada uno es diferente pero la base

ROJO U OOLONG: está en la rayita que divide a tés verdes de negros por su proceso de marchita- do, enrulado, oxidación y secado en múltiples intensidades y en repetidas ocasiones

PU-ERH O TÉ FERMENTADO: nativo de la región homónima, en China, se produce a partir de hojas marchitadas, enruladas, oxidadas, secas y fermentadas de forma controlada

Ahora, que si de manzanilla, que si manzana con canela, que si chai… ¡no son tés! Tooodos esos “tecitos” que te tomas para relajarte o cuando te duele la panza, en realidad son ti- sanas. La tisana viene de las hierbas y se mezcla con frutos y especias. Algunos tés sí se mezclan o infusionan con hierbas, frutas y especias, pero ese de frutos rojos que te fascina es solamente una tisana. es la misma.

BLANCO: surge a partir de hojas y brotes de Camellia Sinensis que se recolectan y marchitan

VERDE: son hojas y brotes de la planta que se mantienen lo más secos posible, evitando al máximo su marchitado

NEGRO: debe sus características aromáticas y gustativas a una combinación de marchitado, enrulado, oxidación y secado intensos

A LA INGLESA

Los británicos empiezan su día con el té de la mañana temprana, que se echan en la cama con unas galletitas, le siguen con el que acompaña su desayuno bastante pesadito y luego viene el de las once, además de que antes de dormir se toman otra tacita. Pero sin duda, el más importante es el famoso té de la tarde, una de las costumbres más representativas del Reino Unido. Casi siempre se hace para invitados y se sirven mezclas de tés sobrios, generalmente negros, que se acompañan con cubitos de azúcar, rodajas de limón amarillo y leche entera.

 

Los cinco principios fundamentales para preparar el té son:
1. La tetera debe ser de porcelana o cerámica 2. Se pone en ella una cucharada de té por cada persona y, como marca la tradición, una más para la propia tetera
3. Se vierte agua caliente, nunca hirviendo, sobre las hojas y brotes de Camellia Sinensis
4. Se cuentan unos cuatro minutos para que el agua extraiga todos los aromas y sabores del té 5. El ritual culmina removiendo ligeramente las hebras y sirviendo inmediatamente a cada uno de los asistentes.

Para hacerlo más delicioso, se sirven scones y sándwiches salados (de pepino fresco, salmón ahumado, jamón horneado e incluso huevo cocido), pero también todo tipo de panes y pastas dulces, siempre dispuestos en los clásicos platos de tres pisos.

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