Hay tipos de engañadores y engaños, pero eso no quiere decir que, si no encuentras el que te sucedió a ti, no sea válido
Una infidelidad es el incumplimiento de un acuerdo al que llegaste con tu pareja. PUN-TO. Ahora, hay tipos de engañadores y engaños, pero eso no quiere decir que, si no encuentras el que te sucedió a ti, no sea válido.
Relación sexual consensuada: Pareciera que aquí es blanco y negro, pero habría que definir qué es para ti un acto sexual… ¿Sexo digamos, tradicional? ¿Oral? ¿Un faje? ¿Realmente importa? Pregúntate más bien qué significa. De aquí salen varios personajes.
Mujeriego/Hombreriega: Son los más oportunistas, sin importar si es con el jefe en la chamba o en una fiesta, tienen los ojos abiertos pa’ lo que surja. Son coleccionistas y lo que más les gusta es la persecución, así que no esperes que paren.
El One-Night-Stander: Aprovecha las situaciones, aunque no anda busque y busque como el anterior, pero no busca una relación, simplemente aprovecha el momento. Algunos se resisten más que otros, algunos tienen los ojos más abiertos que otros, pero en realidad solo estaban en el lugar y momento correcto… ¿O equivocado?
El vengador: Su misión es igualar el marcador, no necesariamente tiene que ver con otra infidelidad, pero sí con vengar algo que el otro hizo mal. Puede ser por abuso, por broncas de dinero o cualquier otra cosa que pudo salir mal.
El de largo plazo: Es quien sí quiere una relación larga… Pero no contigo. ¿Y entonces por qué no te dejan? Puede ser por cuestiones de dinero, de hijos, creencias, etc., pero al final deciden, en su mente, que aman a las dos personas, así que no hay necesidad. Como obtienen diferentes cosas de cada pareja, no parece que compitan.
La emocional o cognitiva: Puede o no incluir sexo, pero lo fuerte aquí es que hay muchos sentimientos involucrados. Suele ser una relación larga y la mayoría de las veces sí desplaza a la relación principal en cuanto a sentimientos se refiere. También incluye la infidelidad cognitiva, cuando todo el tiempo estás pensando en alguien más, aunque no tengan una relación sentimental. De cualquier forma, tu pareja no está ahí para ti cuando la necesitas.
Que la conducta de transgresión pare. Cero tolerancia en mantener cualquier tipo de relación con el amante. ¿Cómo perdonar a quien nos sigue lastimando?
Que la persona reconozca lo que ha hecho y pida perdón. Es complicado y poco conveniente perdonar a alguien cínico, que minimiza su falta, o alguien inconsciente, que no reconoce lo que ha hecho. Hay un gran riesgo de que vuelva a ocurrir y suele pasar así. Es importante que reconozca abiertamente que lo que se ha dañado es a la persona que se decía amar, a la relación y a la confianza.
Que la persona se muestre genuinamente arrepentida. Hay quien trata de justificarse como víctima de los impulsos, ¡o peor!, los que tratan de culpar a su pareja de orillarlos a la infidelidad por no haberles comprendido, amado o tocado como ellos esperaban. La realidad es que si uno no está satisfecho con lo que le da una relación, siempre se puede decir y tomar acciones, pero quedarse en una relación mientras se sostiene una paralela suele ser muy conveniente para quien quiere todo para sí mismo como un niño.
Volver a pedir perdón, prometer y cumplir, no volver a lastimar de la misma manera. Pensemos nuevamente en un niño que quiere todo para sí: quiere la escuela, pero los juguetes y además la casa y las vacaciones. Un adulto inmaduro quiere una relación estable, pero a la vez quiere aventuras, pero evade responsabilidades y además pide perdón y comprensión. Aquel que no cumple lo que ofrece realmente no dimensiona lo que ha hecho, no valora al otro y no tiene conciencia de su responsabilidad. No se me ocurre peor persona para tener una relación que alguien así.
Después de todo esto, hay que ver si, aun queriendo, la relación puede continuar. Hay violaciones a la confianza que son irreparables para muchos, entonces hay que establecer nuevas reglas y acuerdos. Dejar muy claro que una relación donde haya más de dos no es lo que se está dispuesto a tolerar.
Si no nos gusta hablar de infidelidad, cambiemos el modelo social por uno abierto. Si no podemos cambiar el modelo social, establezcamos reglas dentro de nuestra relación, haciéndole saber al otro que estamos buscando algo distinto. Si no podemos o queremos hacer eso, entonces vamos a adaptarnos al modelo social y cultural establecido y paguemos las consecuencias en caso de no cumplir. La única manera de aprender a no transgredir las reglas es la autoconciencia o las consecuencias. Con la primera poco puede hacer el otro; la segunda, está más en tus manos.
Idealmente solo una. Tener que hacerlo dos veces implica que realmente no le importamos mucho al otro o que tiene problemas psicológicos que no ha resuelto y que le va a costar mucho tiempo y esfuerzo resolver, aun de la mano de un terapeuta. Es una inversión muy grande para lo que suele obtenerse.
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