Si siempre te enamoras de los que te critican o te peleas a propósito para no aburrirte, te tenemos noticias: algo estás haciendo mal
José Antonio llega desesperado a su cita: “Lucy, Ana es una perra del mal. Cada que nos vemos me llena de reclamos y siempre me critica. Un día no le gusta mi ropa y otro día no le parece cómo trato a sus amigos. Nos la pasamos peleando”. Y eso no es lo peor: “me tiene harto pero no puedo dejarla y siempre me atraen ese tipo de mujeres”.
Esta pareja es la típica que primero se ama, luego se critica e intenta corregir sus “defectos, hasta que uno se desespera y empiezan las competencias entre ellos, a ver quién puede hacer enojar o lastimar más al otro. Después se arreglan con un round de sexo extraordinario lleno de furia e intensidad que los hace pensar que están en el cielo y todo vuelve a ser felicidad… hasta la siguiente pelea.
A muchas personas les encantan las relaciones violentas, intensas y llenas de adrenalina, creen que es normal pelear así y, si el sexo es fantástico, qué más da la pelea previa. Pero este espejismo no dura y el ciclo vuelve a empezar. Su relación es insatisfactoria pero excitante, o sea, son parejas que se nutren del conflicto.
Aunque estas relaciones son comunes, no deberían serlo y hay que voltear a ver la relación de los padres y ver si están repitiendo patrones. Otra puede ser que no tengan suficiente emoción en sus vidas y provoquen esto para sentir algo. Sea lo que sea, quienes son adictos al conflicto terminan estas relaciones sin entender por qué están mal, y aunque busquen una pareja más tranquila acaban por aburrirse y regresan a la locura porque, para ellos, una relación normal es como comida sin sal.
¿Qué hago?
Nuestra compulsión a buscar parejas conflictivas en las que hay rechazo y crítica violenta, alternada con buenos episodios sexuales y reconciliaciones idílicas, es una especie de adicción. Checa las causas y encuentra una solución:
Causa: el rechazo
Genera apego porque la mente no puede comprender por qué hemos sido rechazados; el que rechaza casi nunca da una razón y allí está su fuerza: queremos saber qué hay detrás.
Solución: acepta que fuiste rechazado y no le des vueltas, no intentes encontrar una causa porque ahí es donde quedas preso.
Causa: la crítica
Te hace entrar en una regresión a la infancia y te acuerdas de cuando tus padres te criticaban porque “te amaban y quería lo mejor para ti, que te superaras”.
Solución: si tu pareja te critica constantemente no te quiere a ti, sino a una imagen que quiere que proyectes. ¡Qué flojera!
Causa: el ejemplo de tus papás
Solución: si tus papás se llevaban así, puede que no quieras otro tipo de relación porque estarías abandonando tu sistema familiar.
Solución: te urge ir a terapia para entender que no es tu familia y que puedes decidir cómo quieres llevar tu vida.
Causa: lucha de poder
El reto de esta situación genera adrenalina
Solución: busca la adrenalina necesaria en la vida de pareja en proyectos de crecimiento: hagan ejercicio juntos o rétense a ahorrar dinero para irse de viaje, no en ver quién tiene la razón.
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