Hay que aceptar que las relaciones han cambiado y adaptarnos a tener roles más parejos
La situación de igualdad en las relaciones es mucho mejor que hace solo 50 años pero aún falta mucho por caminar; estamos en una transición que nos tiene a unos y otras desorientados y espantados tratando de construir a punta de prueba y error lo que nos funciona en la cama y en el corazón, y desechando -entre desilusiones y espantos- lo que nomás no. Seguimos buscando encuentros eróticos y amorosos que nos den más de lo que nos quitan y que aporten satisfacción suficiente y opciones de crecimiento y placer.
¿Cómo le hacemos para tener relaciones más sanas en esta transición, en estos tiempos en los que muchas veces se ha tratado al hombre como el villano?
La violencia en una pareja no solo afecta a las mujeres, también existe contra los hombres, el problema es que los casos son mucho menos conocidos porque “un verdadero hombre no acusa a su mujer”. Y no se trata tampoco de desacreditar la lucha del feminismo, se trata de deja el papel de víctimas y entender un poco más cómo se construyen las relaciones ahora que han cambiado los roles.
UNA RELACIÓN SANA Y EN IGUALDAD NO ESTÁ DOMINADA POR EL PODER Y EL CONTROL, PERO SÍ SE BASA EN ESTAS OCHO CARACTERÍSTICAS:
1. Honestidad
2. Comunicación
3. Intimidad
4. Contacto físico
5. Justicia y negociación
6. Responsabilidad compartida
7. Confianza y apoyo
8. Respeto
EN UNA RELACIÓN DE IGUALDAD…
♥ Cuando se discuten las cosas importantes nadie domina.
Si alguno de los dos se sale de control y empieza a ser más agresivo, se establecen vínculos de víctima y verdugo; no lo permitas. Es mejor dejar la plática para después.
♥ El sexo tiene que ser satisfactorio para los dos.
Si las mujeres se quedan siempre a medias, ni modo, tienen que tener esa plática. No puede haber una relación de igualdad sin que el sexo sea bueno para ambos.
♥ Ninguno toma decisiones que afecten a los dos.
Vacaciones, tiempo libre, relación con la familia política… En una relación sana lo que los dos quieren debe tener el mismo peso.
♥ Cuando comparten un presupuesto se consultan los gastos fuertes.
Pongan un límite; por ejemplo, si vas a gastar más de 5 mil pesos en algo, que el otro esté enterado y de acuerdo.
♥ Ninguno de los dos tiene que decirle al otro qué hacer.
Olvida eso de “no puedes usar esa camisa”, “esa falda está muy corta”. Son adultos y ninguno tiene derecho de imponer su opinión sobre el otro.
♥ No todas las cuentas las paga uno.
Si uno de los dos se encarga completamente del otro no hay forma de que la igualdad pueda existir entre ustedes. Hagan acuerdos, si uno gana más está bien que pague cuentas más caras, pero ninguno tiene por qué hacerlo todo el tiempo.
♥ Se apoyan en sus profesiones.
Las decisiones que se tomen deben considerar al otro en su totalidad. Si surge una gran oportunidad para el otro es mejor plantear cómo seguir con la relación que hacer un berrinche para salirse con la tuya a costa del bienestar del otro.
♥ Los roles se definen.
Todo es negociable, pero el trabajo de la casa o de los hijos se comparte de tal forma que los dos estén cómodos, no tiene que ser igual pero tiene que ser justo.
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