Amor y parejas
Por: Berenice Villatoro
Sentir paz cuando ya no estás cerca de tu pareja, es una de las señales de que estás renunciando a tu relación.
A veces no hace falta una gran pelea ni un “tenemos que hablar” para empezar a soltar. A veces, simplemente dejas de intentar. Las conversaciones se vuelven cortas, los silencios incómodos se hacen rutina y el cariño empieza a sentirse como una obligación. Si te preguntas si sigues ahí por amor o por inercia, estas señales de que estás renunciado a tu relación podrían darte una respuesta.
Pa’ empezar, debemos entender que una buena relación de pareja se siente como estar en casa, pero sin perder la emoción. Es tener a alguien con quien puedes ser tú al 100%, sin máscaras ni filtros, que te echa porras cuando vas con todo y te abraza fuerte cuando el mundo se pone difícil.
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No se trata de cero peleas ni de estar pegados todo el tiempo, sino de saber comunicarse, respetarse y crecer juntos. Es reírse hasta de lo más tonto, apoyarse sin competir y saber que, pase lo que pase, están en el mismo equipo.
Si ya no te sientes en paz, si te pasas más tiempo triste, confundido o dudando de ti mismo, es señal de que algo no está bien. Dejar una relación puede doler, claro, pero también puede ser el acto más grande de amor propio. Mereces estar con alguien que te sume, no que te apague, y si esa persona ya no te acompaña en tu crecimiento o te hace sentir chiquita, soltar puede ser justo lo que necesitas para volver a encontrarte y respirar profundo otra vez.
En ocasiones creemos que estar sin hablar 5 días es sinónimo de que todo ya valió. Pero existen algunas señales de las que no tienes ni idea y que sólo significan que ya te vas de la relación.
Antes te enojabas o te dolía cuando hacía ciertas cosas, pero ahora solo piensas “pues así es” o “ya me da igual”. Ese dejar pasar todo no es tolerancia zen… es desconexión emocional disfrazada de madurez.
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Cuando alguien está en tu vida a largo plazo, lo incluyes en tus planes sin pensarlo. Pero si empiezas a decir “quiero irme de viaje”, “quiero cambiar de ciudad” o “quiero un nuevo proyecto” en singular, y ya no lo ves ahí, es porque algo ya se está desprendiendo por dentro.
No es que quieras andar de fiesta 24/7, pero cuando prefieres estar con amigos, en el trabajo o incluso solo antes que compartir con tu pareja, algo se está apagando. Esa emoción por “vernos y platicar todo” empieza a desaparecer, casi sin darte cuenta.
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Cuando pasa algo bueno en la chamba, o en tu vida, y tu primer impulso ya no es contarle a tu pareja, es porque emocionalmente estás dejando de verla como tu “persona base”. Y eso pesa más de lo que parece.
El celular, Netflix, TikTok, el trabajo, el gym, cualquier cosa sirve para no pasar tanto tiempo juntos o evitar conversaciones incómodas. Es un escapismo silencioso, pero muy revelador.
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