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No dependas tanto de tu pareja

Cómo saber si dependes de tu pareja, qué hacer para dejar de serlo y cómo lograrlo.

Miguel Ángel Velazquez

En todas las parejas debe existir una unión. Las relaciones suponen no solamente pasión e intimidad, sino que también requieren cierto nivel de colaboración y ayuda, de complicidad, o incluso de coexistencia.

Sin embargo, algunas parejas (o, mejor dicho, uno de los miembros) exprimen la relación a todo lo que da, lo que les lleva a una dependencia excesiva del otro.

¿Dependes demasiado de tu pareja?

Quizá puedas reconocer que dentro de tu relación existe este estilo dependiente: puede que siendo tú quien dependas de tu pareja, o al contrario. Veamos en qué consiste la dependencia, cómo se puede haber originado y qué hacer al respecto.

Existen muchos rasgos o tipos de personalidad. Este artículo aborda lo que en psicología llamamos un estilo de personalidad dependiente y, en concreto, cuándo este estilo se convierte en problemático.

En general, con “estilo dependiente” nos referimos a una forma de ser en la que la persona necesita excesivamente a los demás, quiere que otras personas se ocupen de él, que le cuiden o tomen decisiones importantes por él. En ocasiones incluso se crean comportamientos de sumisión y temores de separación o de desaprobación por parte de los demás.

En el ámbito de la pareja, esta personalidad tiene sus propias características. Los dependientes viven por y para su pareja. Normalmente no están solos o hacen todo lo posible por no estarlo.

Es habitual que sean personas que siempre tienen pareja o que siempre la han tenido. Tras acabar una relación, no suelen tardar mucho en encontrar otra pareja: es decir, no saben estar solos.

¿A qué se debe este estilo dependiente con la pareja?

Normalmente las personas dependientes de su pareja tienen una fuerte necesidad de sentirse queridos o amados por el otro.

Además se crean unas ideas irracionales o mitos, como que deben ser amados siempre por su pareja, que su pareja debe quererles y amarles siempre y, si no, “sería algo horrible”… Es decir, “no tengo que hacer nada para que el otro me quiera, sino que simplemente debe hacerlo por ser mi pareja”.

Se consolidan estas ideas irracionales sobre las relaciones, pero también sobre estar solo, pues estas personas creen que no tener pareja supone un error muy grave en su vida.

Consideran que están un escalón por debajo con respecto a quienes sí tienen pareja, por lo que, obviamente, necesitan a otra persona para cumplir sus creencias sobre el amor.

¿Qué puedes hacer para depender menos de tu pareja?

Si tienes pensamientos como éstos, es posible que dependas en cierto modo de tu pareja. Es vital entender que las relaciones se componen de dos personas, pues, a menudo, creemos que la suma del uno y del otro da como resultado una unidad, pero no es así.

Las parejas son la suma de dos personas que crean una relación, pero ambos tienen una vida individual que deben alimentar en solitario.

Algunos de estos pensamientos implican una baja autoestima, por lo que te conviene potenciar lo positivo que tienes individualmente, entendiendo que no necesitas al otro para ser “mejor”, sino que tus cualidades personales están ahí.

Solo tienes que sacarlas a relucir.

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Neuropsicólogo, psicoterapeuta familiar y de parejas, con la especialidad en niños y adolescentes. Y creador de la corriente psicológica “Reestructuralismo Sistémico”. institutopsiqueac@hotmail.com