Lo que debes tomar en cuenta antes de vivir con tu pareja

Para dar ese paso hay que considerar un montón de cosas e invertir mucho de todo

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Tomar la decisión de vivir juntos, ya sea casados o “en pecado”, es todo un tema. Para dar ese paso hay que considerar un montón de cosas e invertir mucho de todo. Te compartimos todo lo que debes poner en el radar antes de dar ese paso.

 

Lana, expectativas, familias, muebles, amigos, mascotas y, sobre todo, emociones y sueños personales. Y, aunque se sientan totalmente listos o tengan dudas (algo comprensible), no sabemos si van a funcionar o no. A lo mejor hay ciertas situaciones que pueden visualizar para saber hacia dónde van y antes de empezar el viaje y para no embarcarse hay que tener un inventario básico de recursos y provisiones.

Dinero

Es un símbolo que va más allá de lo que se puede comprar con él. Para muchos representa seguridad; para otros, poder; y para unos más, una forma de complementar la felicidad. Puede ser un foco de broncas si no resolvemos a tiempo la manera en la que nos relacionamos con él.

Sexo

Con la arrejuntada llega la hora de la verdad. Probablemente al vivir separados si a uno no se le antojaba, pos solo se iba a su casa o tal vez pasaban varias noches sin que se vieran. Eso se acabó. El sexo es uno de los factores que más influye en la felicidad de las parejas. Generalmente nadie se queja porque haya mucho (a menos que tu pareja sea un insaciable y tú nomás no le aguantes el ritmo), sino porque falta o no es lo que se quisiera… Nadie quiere un roomie en vez de una pareja. Pero tampoco un 50 shades que diario quiere sacar el látigo.

Tareas de la casa

Este es de los factores menos considerados, pero más relevantes para una convivencia sana. Si no alcanzan a costear a alguien que les ayude, más vale que se pongan de acuerdo y dividan PA-REJO lo que le va a tocar a cada uno. Si no lo acuerdan, puede generar la sensación de que no se está siendo equitativo y que se le carga la mano a uno de los dos.

Expectativas de cambio

Muchas veces nos enamoramos de ciertos rasgos de la pareja y no de la persona en su conjunto, con virtudes y defectos; y es normal porque no hay manera de conocer esas manías que nos sacan canas verdes hasta que nos toca vivirlas a diario. ¿Cómo ibas a saber que deja la pasta de dientes abierta o el jabón lleno de pelos? Otras veces hay cosas que no nos gustan, pero que dejamos pasar porque creemos que van a cambiar por arte de magia, pero no, y menos si no se las decimos.

Balance trabajo-vida personal

Las parejas son más felices cuando sienten que el trabajo no interfiere con la calidad y el tiempo de la relación. Piensa si a tu pareja le choca que te la pases contestando mails de la chamba cuando están por cucharearse o si tú te vuelves loco si se va a la oficina antes de que amanezca. Muchas personas no tienen equilibrio en cuanto a la relación trabajo-vida personal.

Estilo de comunicación

Hablar con una pared o estar con quien te corrige todo el tiempo no está padre. Conocer el estilo de comunicación de tu pareja en diferentes momentos es clave para saber si das el paso o ni te pruebas el vestido de novia. Los problemas cotidianos suelen sacar lo peor de nosotros.

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Tanatólogo y psicoterapeuta. Experto en pérdidas, autor de Los claroscuros del amor y el auténtico rockstar del amor.

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