Si hablamos de chick flicks clásicos, pocas películas tienen un lugar tan relevante como El diario de Bridget Jones
Desde momentos inusualmente graciosos, como el disfraz de conejita o la pelea en la calle entre Mark y Daniel, hasta esa familiar imagen de tomar una copa de vino mientras reflexionas sobre tu vida, esta película le habla de una manera peculiar a muchas mujeres.
“Algunos expertos en psicología lo llaman el Bridget Jones Effect y, de hecho han escrito al respecto”, comentó Rocío Cardosa, project manager de AdoptaUnChico. “Y es que este personaje resonó mucho con los debates emocionales respecto al amor, el físico y el rumbo de nuestras vidas. No por nada sigue súper vigente después de casi 20 años”, agregó.
Muchas de las lecciones de ese “diario” pueden descifrarse dependiendo de tu mood y el momento en el que te encuentres. Estas son algunas que hemos identificado:
Bridget es una mujer divertida y simple que se encuentra en una lucha constante con sus inseguridades y complejos. Entre su miedo a quedarse sola y su estilo de vida un tanto desordenado, pareciera que nos retratan a una mujer “imperfecta”. Pero, cuando lo analizas, hay momentos en nuestra vida en que tenemos que pasar por un proceso de reflexión o cambio para motivarnos a buscar lo que nos hace realmente felices, probar algo nuevo y no creerse el cuento de que si algo está fuera de su lugar eres un fracaso.
A veces el mundo estará de cabeza, tu cena será arruinada con una sopa azul y te sentirás abrumada… Está bien; sobrevivirás. Lo importante es hacer algo para cambiarlo disfrutando y aprendiendo en el proceso.
Tus treinta no es una marca en la que los planes expiran. No se acabaron tus oportunidades para crecer, encontrar el amor, ni cambiar de profesión, todo lo contrario. Al principio de la película vemos a Bridget demasiado acomplejada por estar en los treinta, así como por tener un trabajo que disfruta poco. Pero conforme avanza la ola de situaciones que se desarrollan en su vida, vemos cómo se crea opciones que, de hecho, la llevan a construir una interesante carrera periodística, buscando metas y nuevos retos por sí misma. Al final, solo tenía que hacerse consciente de ello y decidirse a tomar otro rumbo fuera de su trabajo aburrido y lejos de su jefe tóxico.
La presión de estar casada y con hijos a los treinta es algo que poco a poco ha perdido peso en nuestra sociedad. Sin embargo, lo que personas como Mark piensen después de una pésima primera impresión, o cualquier otra idea sobre lo que “deberías hacer”, como “deberías lucir” o cómo “deberías comportarte”, no deben ser el hilo conductor de tu vida. Al final solo importa lo que tú pienses de ti… y que te sientas bien.
Ningún “vivieron felices para siempre” empieza con un toqueteo en el elevador sin tu consentimiento, por mucho que te resulte atractiva una persona. Los tropiezos amorosos de Bridget son una invitación a alejarse de situaciones que, dentro de ti, sabes que te llevarán a una dinámica tóxica. El remolino en que el autoestima de Bridget se encuentra muestra a una mujer que a veces pareciera necesitar la validación de un hombre para sentirse atractiva o apreciada. La gran lección es que la atención o la “aprobación” de tus parejas (o de cualquier otra persona) no deben guiarte para valorarte a ti misma. Nunca.
La forma caótica en la que todo sucede en la vida de Bridget Jones seguro te recuerda a más de un instante en tu vida. Esta chica nos dejó ver más en las secuelas, pero la primera enseñanza que nos dio esa película de 2001 está muy clara: tu vida no se acaba a los treinta.
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