6 hábitos que envenenan tu relación

Lento o rápido, tu relación se está envenenando con estos hábitos. Da clic para saber cuáles son.

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Esto va más allá de cosas obvias que envenenan la relación como infidelidad, desconfianza, presuponer, falta de comunicación y otras. Cuando se empieza a hacer un hábito es cuando la relación se ve más dañada.

Lee: Formas de autosabotear tu relación

Aquí tienes otros seis hábitos que envenenan tu relación…

1. Quejas constantes
Tranquilízate, la vida no es perfecta. Estas quejas dañan aun más tu relación cuando ni siquiera están relacionadas con tu pareja, esos “hay mucho tráfico” “hay mucho ruido” “hace demasiado calor/frío”. También deja de esperar que tu pareja te lea la mente.

2. Tienes obsesiones
Doblar las toallas en el baño, cerrar la pasta de dientes, no guardó el vaso en su lugar… a tu pareja no le importa y punto. Plantéate esta pregunta, ¿qué hago en una relación en donde mis peticiones no son atendidas ni mis quejas?

3. Críticas y burlas
Quejas directas sobre tu pareja, la forma de hacer las cosas, su aspecto, hábitos ridículos o molestos, “tú siempre… tú nunca”. Empeora la situación cuando le haces burla en lugares públicos o frente a familiares y amigos. La crítica es destructiva porque comunica desprecio por tu pareja y humillación. Produce enojo, vergüenza y resentimiento.

4. Llevas la contraria
No siempre se está de acuerdo con tu pareja, pero no es necesario estar en desacuerdo por todo.

“…y entonces llegamos exactamente a la hora al aeropuerto”.
“no mi vida, llegamos 2 minutos antes…”
“La cortina era azulita”
“en realidad era turquesa”.
¡Carísima la botellita de agua afuera del museo, nos costó 3€
“Bueno, para ser exactos nos costó 2.75…”

¡¿a quién le importa?! No lo hagas, y menos en público porque es peor. Elige: tener una pareja o ganar la medalla a la precisión humana. Se permite corregir cuando: es algo entre la vida y la muerte, como el nombre de un medicamento.

5. Eres controlador
Es especialmente notorio cuando no sigue tu “consejo” y tu siguiente reacción es del estilo: “Pues yo ya te dije”, “ojalá que no te vaya mal”, “pues allá tú”, “luego no vengas llorando a pedirme ayuda”, etc. Es peor si usas poder para presionar económicamente o emocional y además haces que tu pareja sienta cierta incompetencia.

6. Negatividad en su máxima potencia
Ser precavido no es malo, pero de ahí a pronosticar la falla de todo, hay un abismo. “Y si nos roban”, “Y si el peso se devalúa más”, “que tal que te corren mañana”, “y si no podemos nunca tener hijos”, “y si los tenemos y nacen mal”, “y si nacen bien, pero luego no nos quieren” y ni se te ocurra pronosticar acerca de un plan o proyecto de tu pareja, o el típico “ya sabía, te lo dije”.

Si no tienes algo favorable que decir que le sirva a tu pareja, si quieres seguir con tu pareja, mejor no digas nada.

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