Tus dedos hablan ¿puedes oírlos?

Aunque no lo creas a veces resulta riesgoso tener dos manos, y lo que es peor, que cada mano cuente con cinco dedos.

Tu cuerpo también habla y debes saber cómo controlarlo y comunicar tu mensaje correctamente

Cuando te diriges a otra persona, ni rígidos juntos ni rígidos separados, los dedos de la mano deben actuar con naturalidad y siempre formando parte de tu campo visual.

Los dedos pueden distraer a quien te escucha cuando con ellos imitas señas, representas figuras, o juntándolos, ofreces imágenes que se asocian a mensajes diferentes de los que quieres transmitir.

¿Qué no debes hacer con tus deditos?

No coloques los dedos como si estuvieras sosteniendo un vaso. Distraes a quien te escucha, piensa tal vez que el vaso se te puede caer.

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No unas índice y pulgar como tomando una aguja. Las puntadas déjalas para las modistas. Cuando tienes los dedos puestos así y los subes y los bajas, se ve muy feo.

No cierres la mano dejando libre el dedo pulgar para que afirme. En Rusia significa una señal obscena, aquí llama la atención porque solo se usa para afirmar que está bien.

No metas y saques el dedo índice en la otra mano semicerrada. Quienes ven y no están te están oyendo, se van a reír porque meter y sacar tiene otros significados.

No juegues con una mano a sacar y meter el anillo que traes en la otra. ¿Quieres que atendamos a lo que dices o esperas que nos preocupemos porque salga o no?

No aletées con los dedos. Por muy enojado que estés, no lo hagas porque con facilidad se sale de control.

No con las palmas hacia adentro o hacia afuera. No eres agente de tránsito tampoco predicador. Se interpreta como autoritaria o como muy sumisa.

Atiende al movimiento de tus dedos, que no se muevan como se les antoje, sé consciente de qué haces con ellos, de qué señal nos mandas cuando acompañan tus palabras.

¡La próxima semana te decimos más de lo que NO debes hacer con tus dedos!