¿Se acuerdan del tremendo escándalo de pulseras que se armó la primera vez que Madonna vino a México? Pero 22 años después, nada es igual.
¿Se acuerdan del tremendo escándalo de pulseras que se armó la primera vez que Madonna vino a México? Pero 22 años después, nada es igual.
Esos conciertos del 10, 12 y 13 de noviembre de 1993 provocaron debates en televisión, que grupos conservadores amenazaran con la excomunión para los pecadores que se atrevieran a ir al espectáculo (entre ellos yo a mis 16 pubertos añitos), hordas de fans por toda la ciudad apoyando a su diva; bueno, hasta en la Cámara de diputados se propuso discutir si era necesario cancelar el espectáculo o no. Una cosa ¡Bárbara!
Sin embargo, en esta ocasión los fans se limitaron a ir al concierto y ya. Solo un pequeño grupo de no más de 20 personas se postraron a las afueras del hotel en el que se hospedó “La Reina del Pop”, con la esperanza de verla, aunque sea de rapidito. Mi teoría es que como actualmente a los que nos gusta Madonna somos los encargados de engrosar las filas del “Godinerio” del país, pues ya no hay tanto tiempo de andar brincoteando y gritoneando detrás de ella como lo hicimos en la adolescencia.
Con todo y todo, los conciertos que Madonna presentó ayer y antier en el Palacio de los Deportes valen muchísimo la pena por el imponente despliegue de tecnología, pero sobre todo por la nostalgia. Porque eso usar imágenes religiosas y repetir hasta el cansancio las coreografías en las que todos los bailarines la toquetean es algo que viene haciendo desde hace dos décadas. Y dicho sea de paso, la “camaleónica cantante” lleva tres giras al hilo con el mismo look.
De hecho, si lo piensan bien Madonna ha sido más provocadora que sensual, lo cual le funcionó muy bien, porque sin contar con una belleza apabullante logró posicionarse como uno de los iconos sexuales más importante de la década de los 90. El problema en el 2016 es que no se ha permitido explotar toda la fuerza sensual y sexual de una mujer madura, porque CLARO que se puede ser sexy después de los 50 años, sino pregúntenle a Jane Fonda, Jessica Lange, Carmen Dell’Orefice o Cher.
Eso sí, las giras de la “Blond Ambition”siempre han sido de las más recaudadoras. ¿Y cómo no? Si al menos en México los boletos para sus shows son ¡CARÍSIMOS! Si eso de “La Chica Material” no es de a gratis. Bueno, con Doña Madonna nada es gratis, porque para ir a verla hay que desembolsar un dineral onda multa del Partido Verde. Ok, estoy exagerando, pero no tanto.
Esta la cuarta gira internacional que La Reina del Pop presenta en la Ciudad de México y la primera que no se realiza en el Foro Sol, de hecho, este foro de espectáculos fue inaugurado por Madonna el 10 de noviembre del 93 con The Girlie Show Tour.
Muchos piensan que es broma, pero no. La razón por la que la “rubia ambiciosa” seleccionó a chilangolnadia como la sede de su primer Hard Candy Fitness en el 2010, fue porque se enteró que México es el país con más obesos en el mundo, y pues dijo “de aquí soy”.
Termina su columna y pone “La Maldita Primavera” en lugar de “La Isla Bonita”.
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