Chamba
Por: Berenice Villatoro
Aunque no creas que se puede, acá te van unos consejos para sacar a la líder que llevas dentro.
La autoexigencia y las creencias limitantes en ocasiones nos hacen sentir como si no pudiéramos ir más allá, por eso te dejamos algunos consejos para convertirte en una líder.
Ser líder no es solo dar órdenes o tener autoridad; es influir, inspirar y guiar a otros hacia un objetivo común. Un buen líder no impone, sino que motiva, escucha y da el ejemplo. Para Mónica García, coach de El Factor Humano, una de las razones por las que no nos sentimos listos para ser líderes es el miedo, pero sobre todo, dejarle a otros ese espacio en nuestras vidas.
Claro que en ocasiones, sobre todo con las mujeres, existen falsas creencias que consideran a los líderes como arrogantes o engreídos, por lo que siempre se busca ser un seguidor. “La cuestión es que una vez que se asume el liderazgo o la responsabilidad ya no es posible culpar a los demás o a las circunstancias de lo que suceda y dar ese paso requiere valentía“, aclara la coach.
Un líder puede surgir en cualquier ámbito: en el trabajo, en una comunidad, en la familia o incluso en un grupo de amigos. No se trata solo de dirigir, sino de inspirar y transformar.
El cerebro es moldeable a lo largo de la vida, un fenómeno conocido como neuroplasticidad, por lo que puedes entrenar tu mente para ser más confiada y resiliente. Estudios han encontrado que la repetición de pensamientos positivos y la exposición a experiencias desafiantes fortalecen las conexiones neuronales asociadas con la seguridad en uno mismo.
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El estrés es inevitable en el liderazgo, pero saber manejarlo es clave para el éxito. Cuando enfrentas desafíos, tu cuerpo libera cortisol, una hormona que, en exceso, puede afectar la memoria y la toma de decisiones, y con la que vas a desarrollar la resiliencia.
Daniel Kahneman describió en su teoría de los sistemas de pensamiento que el cerebro humano opera en dos modos: el Sistema un, rápido e intuitivo, y el Sistema dos, lento y analítico.
Un líder efectivo sabe cuándo confiar en su intuición y cuándo es mejor detenerse a analizar una situación con detenimiento. Para fortalecer tu capacidad de liderazgo, practica la toma de decisiones deliberada en escenarios complejos y aprende a reconocer cuándo tu intuición puede estar sesgada.
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El neurocientífico Antonio Damasio descubrió que la toma de decisiones y la interacción social están fuertemente influenciadas por las emociones. Un líder no solo necesita lógica, sino también habilidades para manejar sus propias emociones y comprender las de los demás. La empatía, la regulación emocional y la capacidad de motivar a un equipo dependen de regiones cerebrales como la corteza prefrontal y la amígdala.
El lenguaje no solo transmite información, sino que también moldea la percepción de los demás. Estudios en neurociencia han demostrado que las palabras que usas pueden activar regiones cerebrales relacionadas con la confianza y la cooperación en tu audiencia.
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Por: Berenice Villatoro
