Nutrición
Por: Berenice Villatoro
Crees que estás siendo todo un campeón por tomarte 20 minutos para comer, te urge conocer la tendencia Slow Food.
Sabemos que te lo hemos dicho hasta el cansancio, pero ahí va de nuevo: comer frente a la compu, viendo la tele y en menos de 20 minutos es un crimen contra tu bienestar. Así que, en lugar de devorar tu comida como si fuera el último taco en la Tierra, te presentamos la slow food: la tendencia de comer lento para vivir mejor.
Pa’ empezar, si te quedaste con la espina de saber de dónde viene este concepto, debes saber que el slow food nació en Italia gracias a Carlo Petrini en 1986. Según la revista Muy Interesante, todo empezó cuando se inauguró una filial de McDonald’s en Roma, un hecho que claramente causó revuelo, por lo que un grupo de periodistas se plantó frente al lugar en protesta contra la comida rápida e industrial. ¿Pooor?
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Debido a que consideraban que esta tendencia ponía en riesgo las tradiciones culinarias y la calidad de los alimentos, surgió un movimiento que hoy nos invita a volver a nuestras raíces alimenticias.
Vamos a comenzar con que sepas que, según el Barcelona Culinary Hub, el slow food se define como el placer de comer despacio y con atención. Se trata de valorar los productos naturales y su calidad, mientras se hace uso consciente de los sentidos, sobre todo del gusto y el olfato. En otras palabras, es mucho más que alimentarse: es disfrutar y conectar con los alimentos, todo a su debido tiempo.
Si eres de los que quiere cambiar su relación con la comida, lánzate con todo y prueba estos consejos para adoptar el estilo slow food, para y disfruta cada bocado.
Dedica tiempo a saborear tus alimentos y notar sus texturas y sabores. No se trata de que todos los días sea como si fueras francés, pero sí que disfrutes de lo que te estás metiendo a la boca.
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Es más, apoya a pequeños productores y mercados orgánicos. Esto asegura frescura y promueve la economía local.
Dale preferencia a ingredientes naturales y evita alimentos ultra procesados que, además de ser menos nutritivos, afectan tu salud.
Preparar tus propios platillos no solo es más saludable, sino que también te conecta con el origen de lo que comes. Uuurge que volvamos a valorar lo hecho en casa.
Comer en compañía, disfrutando de una buena charla, transforma cualquier comida en un momento memorable. Invita a amigos o familia a formar parte del slow food, y permite que todos lleven un platillo para hacer la experiencia aún mejor.
Ahora que ya conoces la tendencia Slow Food, ¿planeas sumarla a tu rutina esta idea de comer lento?
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Por: Berenice Villatoro