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Por: Berenice Villatoro
Uno de los directores más importantes de la cinematografía moderna ha muerto, así recordaremos a David Lynch
Con 78 años de edad, y después de haber sido reconocido por su serie de televisión Twin Peaks, una oda al misterio que ha sido aplaudida por grandes del género como Guillermo del Toro o Stephen King, David Lynch ha muerto.
Su trayectoria incluye títulos tan relevantes como Blue Velvet, Lost Highway y por supuesto la polémica Mulholland Drive, proyectos que sin duda continuamente eran llevado al extremos por el aclamado realizador.
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El año pasado, Lynch reveló que había sido diagnosticado con enfisema, una enfermedad que fue el resultado de una vida fumando, y que lo había recluido en su hogar, por lo que ya no dirigiría nunca más.
“Hay un gran agujero en el mundo ahora que ya no está con nosotros. Pero, como él decía, ‘Mantén la vista en la rosquilla y no en el agujero’”, explica el comunicado de prensa que su familia publicó en redes sociales.
Aunque el arte siempre estuvo en sus venas, su inicio en él arrancó con la pintura, y creando figuras para cintas animadas, pero en 1977, decidió convertirse en director, con su pieza Eraserhead, una historia de horror que fue aplaudida por la crítica.
Más adelante, Mel Brooks le daría su primera oportunidad para dirigir una peli de Hollywood, The Elephant Man, protagonizada por Anthony Hopkins, John Hurt, Anne Bancroft y John Gieldud, que alcanzaría 8 nominaciones al Óscar, incluida por supuesto Mejor Director.
Pero en 1984 alcanzaría la popularidad mundial al adaptar la novela Dune de Frank Herbert, que comenzaría una relación laboral con Kyle MacLachlan, que posteriormente realizó Twin Peaks, así como Si Patrick Stweart y Sting. Su última participación como director sería con Inland Empire de 2006, una peli protagonizada por Laura Dern, Justin Theroux, Harry Dean Stanton y Grace Zabriskie, que sigue a una problemática mujer que descubre un misterio.
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Se trata de una enfermedad pulmonar crónica que forma parte del grupo de afecciones conocidas como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Se caracteriza por el daño progresivo a los alvéolos, que son los pequeños sacos de aire en los pulmones donde se realiza el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Este daño causa que las paredes de los alvéolos se debiliten y colapsen, lo que reduce la superficie disponible para el intercambio de gases y dificulta la respiración.
Los principales factores de riesgo incluyen el tabaquismo, la exposición prolongada a contaminantes del aire y predisposición genética. Entre sus síntomas más comunes están la falta de aliento, especialmente durante actividades físicas, tos persistente y sensación de opresión en el pecho.
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