Los kilos del no dormir: ¿Por qué no dormir bien engorda?

Comer sano no quiere decir comer sin sabor, puedes buscar opciones saludables que te den ese calorcito emocional que necesitas cuando no duermes bien.

Paulina Feltrin

La relación entre la falta de sueño y una buena condición física, está científicamente probada. Con un día de poco descanso, tus hormonas se van a volver loquitas y harán lo que les dé la gana… que es hacer que comas más y menos sano. Así que si pensabas que solo despierto eres capas de subir unos kilitos, estás en un gran error, por eso te contamos por qué no dormir bien engorda.

¿Por qué no dormir bien engorda?

Y por no dormir, hasta engordamos

Alguna vez te haz preguntado ¿por qué no dormir bien engorda? Pareciera que cuando descansamos no estamos haciendo nada, pero es en realidad el tiempo en que nuestro cerebro está más activo que en todo el día, haciendo funciones que nos permiten despertar al día siguiente con vitalidad, alegría y un apetito saludable.

Cuando el cuerpo no cuenta con las horas de sueño suficientes, las hormonas que regulan el hambre se ven más que afectadas, esto hace que tengamos más antojo de alimentos altos en azúcar y carbohidratos, ¿te ha pasado que tienes una mala noche y al comprar tu café de la mañana te das el lujo de agregarle crema batida o acompañarlo de un muffin de blueberries? Sí, muy rico y todo… pero no tan bueno para tu saluttt.

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Te podemos jurar que es súper normal y lo hacemos en automático porque la grelina y la leptina se desequilibran al no descansar. La primera hormona es la responsable del hambre, y la segunda es la que le dice a nuestro organismo que ya dejemos de meterle cosas al estómago, o que hemos comido lo suficiente. Entonces cuando no dormimos bien o justo lo necesario, los niveles de estas dos se alteran.

Mientras la grelina se produce en exceso (nos da más hambre de lo normal), la producción de leptina no llega a los niveles adecuados provocando que comamos más. No se necesitan largos periodos de insomnio, basta con una noche de dormir poco para que se generen cambios en la forma en que comemos, y con el paso del tiempo nos puede llevar a ganar kilitos.

Daños en el motor que nos mueve todos los días

Otro motivo por el que ganamos peso es porque afectamos al metabolismo. La Universidad de Medicina de Harvard publicó un estudio que realizó en 2012 con adultos con buen descanso, en el cual determinó que aquellos que habían dormido en promedio cinco horas y media diarias por un periodo de tres semanas tenían (tiempo después) una tasa metabólica en reposo más baja y un nivel de glucosa más elevado, lo que incrementa la probabilidad de sufrir obesidad o diabetes.

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Así, la falta de sueño provoca que aumente la resistencia a la insulina, una hormona que es esencial para absorber la azúcar que tenemos en la sangre y convertirla en energía o almacenarla. Y esto, es un precursor de la diabetes.

Manos a la obra

Cada vez que pases una mala noche, o te sientas cansado al despertar, come lo más sano posible. Es difícil ir contra nuestros antojos, ya que la baja de energía por un descanso pobre, nos pide cosas que nuestro cuerpo puede convertir en energía fácilmente pero que también se almacena en el cuerpo si no se utiliza bien.

Tras una noche de mal dormir, es más probable caer rendidos ante estos alimentos, queremos desayunar hotcakes llenos de miel o pan francés y en la comida elegimos una hamburguesa o un pastel de chocolate, y rematamos cenando molletes… Ya con esto tienes una idea de cómo esto puede hacer que subamos de peso.

100% SÍ

Corta los alimentos chatarra, altos en grasa y azucarados.
Cambia los hotcakes por un plato de fruta vasto, come las que quieras, inclusive aquellas que se dice que “engordan” como plátano, mango o mamey, cualquiera siempre será mejor que una harina procesada.
Come más lento, y así permites que el tiempo que pasas se extienda para compensar la baja de leptina.

Una buena pestañita

Lo primero que hay que tomar en cuenta es que el sueño no es una musa que se aparece de pronto, como la inspiración. Hay que construirlo, los seres humanos somos mucho más complejos, no podemos apagar y prender el switch del sueño.

Tu día empieza la noche anterior, en el cómo y cuándo te duermes, de eso dependerá tu hambre y niveles de energía del día siguiente.
Construye tu sueño, en cuanto te despiertes trata de exponerte a la luz del sol, al menos 20 min (haz ejercicio junto a la ventana). Esto nos ayuda a activar procesos del cuerpo, como metabolizar la vitamina D que es un precursor de la melatonina (la hormona del sueño).
En cuanto se oculta el sol, baja la intensidad de luces artificiales y pantallas. Puedes utilizar lentes amarillos o naranjas que ayudan a bloquear la luz azul.
Deja las pantallas una hora antes de acostarte (televisión, celular, iPad…) esto te permitirá ayudar a la producción de melatonina y atraer el sueño.
Crea una rutina para dormir. Dile a tu mente que ya estás listo para descansar. Ponte la pijama, tómate un té, date un baño con agua caliente, puedes leer, hablar por teléfono con una amiga o tu familia, lo que para ti signifique una rutina de relajación que promueva el sueño.

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This or that?

El autocontrol requiere energía mental, y tenemos una reserva limitada de ella. Cuando estamos cansados, el nivel de esta baja y nuestro auto- control se resiente. Cuando no dormimos lo suficiente o no tenemos un descanso apropiado, podemos ceder a deseos impulsivos, tener poca capacidad de atención y no tomar buenas acciones.

Tan solo una noche de mal dormir basta para modificar la región del cerebro asociada a la toma de decisiones, en este caso, lo que vamos a comer. Ya que tienes esta información, entenderás por qué no dormir bien engorda. Así que cuéntanos, ¿qué cambios harás para que esto deje de pasarte?