Estos son los ejercicios más efectivos para tonificar las piernas y glúteos desde casa sin tener que sumar peso.
Antes de comenzar, es importante hacer un pequeño paréntesis: según los expertos fitness, la mejor manera para tonificar piernas y glúteos, es dejar el entrenamiento de cardio para el final. Pues evitas que los músculos se cansen y los puedes ejercitar con mayor intensidad. Así que manos a la obra, pon en práctica estos 5 ejercicios fáciles para tonificar piernas y glúteos en casa.
**Tip. Para obtener mejores resultados, combina tu rutina con una dieta equilibrada y alta en proteína, sobre todo si quieres ganar masa muscular.**
Sin duda es uno de los ejercicios más efectivos para tonificar piernas. Para hacerlo correctamente: fija la mirada al frente, separa los pies a lo ancho de los hombros y cuida que las rodillas no pasen las puntas de los pies. Baja con la espalda recta, sacando ligeramente los glúteos hacia afuera y flexiona la cadera como si te fueras a sentar.
Con los pies juntos, da un paso o zancada hacia adelante, hasta que la rodilla de la pierna trasera toque ligeramente el suelo. Cuida que tus rodillas no pasen la punta de los pies, sostén unos segundos y vuelve a la posición inicial. Intercala el pie con el que avanzas.
Inicia acostado boca arriba con las piernas flexionadas y los pies apoyados en el suelo. Mantén el cuerpo bien alineado (pelvis, tronco y hombros), y eleva la pelvis despegando los glúteos del suelo hasta tener el cuerpo alineado. Si deseas añadir dificultad, apóyate solo con una pierna.
Inicia con las piernas un poco más abiertas que la anchura de los hombros. Coloca el objeto que vas a levantar del suelo en medio de las piernas (puede ser una pesa, una botella de agua o una mochila con libros). Baja las piernas con el pecho mirando al frente y los glúteos ligeramente hacia atrás (como si quisieras sentarte) y trata que la espalda esté lo más recta posible.
Con ambas manos a la vez, agarra el objeto con fuerza y tira hacia arriba. Usa la fuerza de las piernas y la espalda. Evita que los brazos participen en este movimiento.
Inicia con las piernas un poco más abiertas que la anchura de los hombros, frente a una superficie más alta (puede ser una escalera, un cajón, una silla o un banco). Primero, despega una pierna del suelo y apóyala en la superficie alta. Después, alza la pierna que está en el suelo, para colocarla al lado de la otra. Vuelve a la posición inicial.
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