El lenguaje corporal proporciona una cantidad asombrosa de información sobre lo que otras personas están pensando, claro, si sabes qué buscar…
Y seamos honestos ¿quién no ha querido leer la mente de otra persona en algún momento? En realidad, captas más señales del lenguaje corporal de las que eres consciente. Una investigación realizada en UCLA demostró que solo el 7% de la comunicación se basa en las palabras reales que decimos. Del resto, el 38% proviene del tono de voz y el 55% restante del lenguaje corporal. Te compartimos 8 señales tácitas en la comunicación que controlan el lenguaje corporal para que puedas interpretarlo.
Brazos y piernas cruzados: Esto indica resistencia a tus ideas. Los brazos y las piernas cruzadas son barreras físicas que sugieren que la otra persona no está abierta a lo que dices. Aunque estén sonriendo y participando en una conversación agradable, su lenguaje corporal cuenta la historia. Psicológicamente, las piernas o brazos cruzados indican que una persona está mental, emocional y físicamente bloqueada de lo que tiene delante. No es intencional, por es muy revelador.
Las sonrisas reales arrugan los ojos: Cuando se trata de sonreír, la boca puede mentir, pero los ojos no. Las sonrisas genuinas llegan a los ojos, arrugando la piel para crear patas de gallo a su alrededor. La gente sonríe para ocultar lo que realmente está pensando y sintiendo, así que la próxima vez que quieras saber si la sonrisa de alguien es genuina o no, busca arrugas en las esquinas de sus ojos. Si no están ahí, esa sonrisa esconde algo.
Copian tu lenguaje corporal: ¿has estado en una reunión con alguien y has notado que cada vez que cruzas o descruzas las piernas, ellos hacen lo mismo? Esta es algo bueno, reflejar el lenguaje corporal es algo que hacemos inconscientemente cuando sentimos un vínculo con la otra persona. Es una señal de que la conversación va bien y que la otra parte es receptiva a tu mensaje. Esto puede ser útil cuando estás negociando, ya que muestra que la otra persona está pensando realmente sobre el trato.
La postura cuenta la historia: ¿alguna vez has visto a una persona entrar en una habitación e inmediatamente supiste que era quien estaba a cargo? Ese efecto se debe en gran parte al lenguaje corporal y, suele incluir una postura erguida, gestos con las palmas hacia abajo, abiertos y expansivos en general. El cerebro está programado para equiparar el poder con la cantidad de espacio que ocupan las personas. Pararse derecho con los hombros hacia atrás es una posición de poder; ya que parece maximizar la cantidad de espacio que ocupa. En cambio, al encorvarte, colapsas tu forma; y parece que ocupas menos espacio, proyectando menos potencia. Mantener una buena postura inspira respeto y promueve el compromiso.
Ojos que mienten: la mayoría de nosotros probablemente crecimos escuchando: “¡Mírame a los ojos cuando me hables!” Nuestros padres operaban bajo la suposición de que es difícil sostener la mirada de alguien cuando le estás mintiendo, y tenían razón hasta cierto punto. Pero esto se ha vuelto de conocimiento común, por lo que personas lo utilizan como una herramienta al mentir. En promedio, las personas mantienen contacto visual entre siete y diez segundos, y es más cuando escuchamos que cuando hablamos. Por lo que, si estás hablando con alguien y no te quita la mirada, al punto de incomodarte, no eres tú, algo sucede y es posible que te esté mintiendo.
Las cejas levantadas indican incomodidad: hay tres emociones principales que hacen que tus cejas se levanten: sorpresa, preocupación y miedo. Trata de levantar las cejas cuando tengas una conversación informal y relajada con un amigo, es difícil ¿cierto? Si estás hablando con alguien y levanta las cejas cuando el tema no es uno que lógicamente causaría sorpresa, preocupación o miedo, hay algo más…
Asentir con la cabeza de forma exagerada indica ansiedad por la aprobación: Cuando le estás diciendo algo a alguien y asiente en exceso, significa que está preocupado por lo que piensas de él o que dudas de su capacidad para seguir tus instrucciones.
Una mandíbula apretada indica estrés: un cuello tenso o el ceño fruncido son signos de estrés. Independientemente de lo que diga la persona, son signos de incomodidad. La conversación puede estar profundizando en algo que les preocupa, o puede que estén pensando en algo que les estresa. La clave es estar atento a la diferencia entre lo que dice la persona y lo que te dice su tenso lenguaje corporal.
Aunque aún no podamos leer los pensamientos exactos de otras personas, podemos aprender mucho de su lenguaje corporal, sobre todo cuando las palabras y el lenguaje corporal no coinciden.
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