¿Por qué nos mam&%* la astrología?

Como los seres pensantes que somos, necesitamos entendernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Además, al sabernos vulnerables, nos da miedo lo desconocido. Por estas razones, buscamos señales que nos ubiquen en el mapa existencial y le den sentido a lo que nos pasa. Los récords históricos muestran que llevamos por lo menos 4mil años tratando de entender las cosas a través de la astrología. Y bueno, si en cuatro milenios este estudio sigue teniendo presencia en nuestra vida -y cada vez con más fuerza-, por algo será, ¿no?

Desde un punto de vista superficial, la astrología nos m*ma porque funciona como justificación para no tomar responsabilidad de nuestros actos y aventarnos conclusiones del tipo: “como Mercurio está retrógrado, me cacharon que copié en el examen y me reprobaron” o “esta persona en Piscis , y por eso huyó cuando le intensée con que viviéramos juntos tras solo dos meses de salir”.

Sin embargo, la astrología psicológica -una corriente que integra la perspectiva de estudiosos serios del comportamiento humano, como el mismísimo Carl Jung- nos ofrece una orientación útil que favorece nuestra evolución. Estas son las principales razones por las que amamos:

• Nuestro signo -y en especial nuestra Carta Astral- nos ayuda a conocernos y comprendernos mejor
• Los astros describen situaciones que vivimos actualmente, lo que nos hace sentir comprendidos al validar lo que ya sospechábamos o intuíamos
• Las áreas por donde transitarán los planetas no dicen qué temas se volverán prioridad, para que nos apliquemos y estemos a la altura de los retos que se avecinan, o bien, aprovechemos al máximo las oportunidades que surgirán. También nos indican si a una época difícil de nuestras vidas le falta mucho, poquito o nada para terminar.
• Saber si el signo de alguien nos permite relacionarnos mejor con esa persona con sintonía y más compasión; también nos da chance de no tomarnos de manera personal los rasgos complicados de su personalidad
• Comprender el lado luminoso de cada símbolo nos deja ver que nada está escrito. O sea, aunque hay tendencias energéticas, nuestro libre albedrío nos permite elegir la actitud que vamos a tomar frente a cada situación. Saber que el universo trabaja en función de nuestra evolución, siempre es reconfortante y esperanzador.