El movimiento Buy Nothing es un experimento en el que queremos controlar esa dependencia que tenemos a comprar algo a la menor provocación. Que si necesitas ordenar el clóset o que si te pusiste medio triste, la respuesta suele ser, ¡comprar algo! Te ayudamos a bajarle
Esta dependencia aunque que muchos la ignoremos o finjamos que no es grave, nos está llevando a un gasto de dinero increíble, así como a llenar el mundo de desperdicio, y es súper innecesario. No es fácil hacerlo, sobre todo cuando estamos tan acostumbrados a picar un botón y que nos llegue todo a la casa, pero puedes empezar por una semana: esa semana no compres nada (más que lo detallado en el cuadro de excepciones) y apunta lo que sí hubieras comprado, vas a ver la lista de cosas inútiles que hubieras metido a tu casa.
Ahora, estos sencillos pasos te pueden ayudar muchísimo a bajarle a la compradera inútil y a ayudar un poquito al planeta:
PASO 1
Dar: Los seres humanos no tenemos muy arraigado el hábito de dar y nos han hecho pensar que TENER es lo más importante, pero hay que cultivar ese hábito y dar tanto nuestro tiempo y conocimiento, como pertenencias. Y no es regalar tus cosas hasta quedarte sin nada, sino compartir con otros lo que te sobra. Además, dar te coloca en una mejor posición a la hora de querer pedir, que es nuestro siguiente paso.
Empieza por: limpiar un cajón de ropa o juguetes y regalar lo que ya nadie usa, pregunta en tus miles de chats si alguien quiere el “gimnasio casero” que usas para tender toallas o esa batidora que no has abierto desde tu boda hace cuatro años.
PASO 2
Pedir: Ahora, cada que pienses en algo que necesitas y que comprarías, pregúntate si tu hermana, tu vecino o quien sea te lo puede prestar. Sabemos lo difícil que es peeero, ¡quítate la pena y pídelo! Créeme que a esa persona le dará gusto que alguien use su escalera plegable para algo más que poner el árbol de navidad. Y también puedes pedir ayuda con tu jardín o tu computadora, a la gente le encanta compartir su conocimiento.
Empieza por: mentalizarte y pensar que a la gente le gusta dar, la primera vez pide algo pequeño como una lata de frijoles, por decir algo, y asegúrate de que la otra persona sepa que estás dispuesto a lo mismo, así ambos irán agarrando valor.
PASO 3
Reutilizar y rechazar: Aquí se trata de usar una y otra (y otra y otra) vez lo que ya tienes y rechazar la novedad. Usa tu creatividad, si llevamos décadas usando los envases de crema como tuppers, quién sabe qué tantas cosas más podamos reutilizar de forma diferente. Por mi parte, sé lo atractivo que es comprar algo nuevo y no te voy a decir que elimines por completo estas experiencias, pero sí que analices tu adicción a la gratificación instantánea que sientes cada que le picas al botón de comprar.
Empieza por: cambiar esa mentalidad retrógrada de que reutilizar es producto de la escasez y adoptar la mentalidad de la “re”: retapizar, restaurar, remodelar, etc.
PASO 4
Reflexionar: Acéptalo, retacamos nuestros carritos de compras para llenar un vacío, revisa cualquiera de tus apps y te darás cuenta de que no necesitas esas cosas. Todos tenemos relaciones complicadas con nuestros objetos y reflexionar sobre esto es el primer paso para salir de esa relación tóxica. Está bien comprar de vez en cuando algún capricho, pero también es importante recordar que aun sin eso somos hermosos, inteligentes y dignos de tener amistades y de recibir atención.
Empieza por: cada que vayas a comprar algo, lo que sea, reflexiona si lo necesitas o si estás llenando algún vacío, además de pensar si alguien te lo puede prestar
PASO 5
Elaborar y reparar: Es normal comprar productos baratos para cuidar el presupuesto, pero suelen ser productos de mala calidad que duran poco. Aquí es donde hay que aprovechar a quienes tenemos cerca y usar sus conocimientos, hay personas que pueden arreglar cualquier aparato y nunca está de más preguntar antes de tirar. ¡Nadie se ha muerto por coser un botón!
Empieza por: aprender a tejer o hacer pizzas, y si puedes también aprender a arreglar eso que siempre se te descompone, hay millones de tutoriales en internet que te enseñan a hacer cosas que ni te imaginabas.
PASO 6
Compartir, prestar y pedir prestado: Compartir y dar no son lo mismo, y prestar algo que SÍ queremos conservar es todavía más difícil y, por lo tanto, más loable. Pero compartir va desde llevar ganchos de regreso a la tintorería hasta dar los libros de texto de tus hijos a otros niños. Ahora, prestar esperando que te regresen es más difícil, pero tienes que dejar de lado la desconfianza y verás la felicidad que da desempolvar algo que amas.
Empieza por: Para compartir simplemente hay que ofrecer: ¿hiciste demasiada lasaña? Ofrécele a tu vecino. Si vas a prestar, establece reglas claras y no prestes a cualquiera. Pero siempre sé firme.
PASO 7
Agradecer: Sin mostrar gratitud ante estos actos de préstamos y compartición, el movimiento no tiene sentido. Las demostraciones públicas de agradecimiento implican una descarga de serotonina tanto para quien las hace como para quien las recibe, y a la larga llevan a más acciones de este tipo.
Empieza por: escribir un diario de gratitud, puede ser cualquier cuaderno o un documento en tu computadora, el chiste es que todos los días te des un tiempo para anotar todas las cosas por las que te sientes agradecido. Ahora, trata de dar las gracias por algo a al menos dos personas cada día, verás cómo se multiplica.
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