Las discusiones en la chamba son inevitables y pueden ser un dolor de cabeza, sobre todo si no sabes a qué (o quién) te enfrentas. Por eso hicimos esta guía de todos los tipos de peleadores en la oficina
Para que puedas identificar a cada tipo de peleador y así puedas manejarlos, te compartimos esta guía. Recuerda que ninguno es mejor que otro, solamente es cuestión de entenderlos.
1. El competitivo
Son muy asertivos y poco cooperativos a la hora de discutir, de hecho, lo que menos les interesa es la relación con otras personas. Por lo tanto, son capaces tanto de robarse ideas como de adueñarse de proyectos con una mentalidad de “solo puede haber un ganador”, cuando en realidad se trata de lograr un objetivo en común y no de “ganar” pasando por encima de otros y, de paso, que nadie quiera trabajar con esa persona.
Cómo abordarlo: trata de razonar con esta persona exponiéndole tus puntos de forma que crea que también va a “ganar algo”. Y de ninguna manera te enganches en una competencia porque lo más probable es que pierdas. Pero si te das cuenta de que tú eres esa persona, detente siempre a preguntarte si tu propuesta o solución es realmente la mejor, tienes que aprender a aceptar que a veces otras personas también tienen buenas ideas que ayudan al bien común.
2. El tapete
Son los clásicos que prefieren sacrificar o minimizar sus propias necesidades con tal de no pelear. Como resultado, los colegas se sienten muy apoyados, pero esto resulta en que la víctima se convierte en un tapete pisoteado porque prefiere eso que tener que discutir. Y a la larga no solamente no lo toman en cuenta, sino que se espera que haga más de lo que le toca, ¡siempre! El problema aquí es que esta persona puede después sacar toda la ira acumulada y contarle al jefe como todo mundo se aprovechó de él o ella.
Cómo abordarlo: si tú eres, deja de guardarte lo que sientes y trata de empezar a decir “no” sin usar tan temida palabra. Usa frases como “eso no me funciona” o “quizá podemos buscar otra solución” para empezar a ser más asertivo y que tus ideas u opiniones salgan a la luz. Y si te encuentras con uno de ellos, no seas mala onda y no te aproveches, mejor trata de entender qué es lo que lo detiene y pregúntale qué podría estar mejor, así te haces de un aliado que puede tener muy buenas ideas.
3. El complacedor
Este siempre va a buscar el consenso, y a la gente le fascina porque se siente escuchada, pero idealizarlo no es tan buena idea, porque el buscador de consensos puede ser muy manipulador y decirle que sí a varias partes, haciéndoles creer a cada uno que tienen la razón para evitar más broncas y eso en realidad no ayuda.
Cómo abordarlo: si tú eres ese colaborador, no hagas promesas que luego no vas a poder cumplir, no le digas que sí a todo mundo. Trata de ser transparente y comprometerte con tus decisiones, decir realmente cómo son las cosas de frente. Si no, lejos de ayudar solo atrasas el progreso de todos y se hace una maraña de confusión.
4. El dealmaker
Este lo que quiere son resultados y hace tratos con todo mundo para salir del conflicto, en cierta forma es de los más inteligentes porque tiene una actitud de “yo tengo esto y tú esto, ninguno vamos a conseguir lo que queremos, así que lleguemos a un acuerdo”. Lo malo es que a veces no son tan honestos y hacen tratos con varios al mismo tiempo, a ver quién les cumple y con quién les conviene.
Cómo abordarlo: si eres uno de ellos, no hagas tratos que se contradigan entre sí, tu estrategia es buena, pero no debes dejar que te coman las ganas de sacar ventaja. Y si te encuentras con uno, siempre pide datos específicos y asegúrate de “leer” las letras chiquitas.
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