¿Y si necesito terapia?

No todos los problemas necesitan meses de terapia, no todo malestar requiere sesiones y sesiones para solucionarse. La vida también nos da oportunidades que nos ayudan a salir adelante: amigos, lecturas, películas, canciones, cursos, viajes, etcétera. Pero hay veces que esto no es suficiente.

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Muchos nos hemos sentido atrapados en alguna situación que nos rebasa, frustrados de intentar solucionar nuestros conflictos con métodos que solo complican más las cosas, atemorizados por algún síntoma que persiste y desconcertados al tener un dolor recurrente y profundo que no podemos ni superar ni manejar.

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Enfrentarse con estos sentimientos negativos es algo bastante común, pero pocos buscan ayuda profesional por el estigma de que eso es para “enfermos”, “locos” o porque sienten que asistir a una terapia es una forma de “debilidad”. Hay situaciones que, sin duda, requieren consultar a un profesional, sobre todo si llevamos tiempo “echándole ganas” de mil maneras sin ver ningún cambio. Las crisis también tienen su lado positivo, nos dan la oportunidad de repensar el pasado y darle un nuevo significado para aumentar nuestro conocimiento personal.

En terapia trabajas con un profesional para encontrar recursos y estrategias para hacer los cambios necesarios que te van a ayudar a sentirte mejor y, si es posible, hasta eliminar, las situaciones, conductas, pensamientos o sentimientos que causan malestar en la vida cotidiana.

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No se trata de borrar “lo que no nos gusta”, sino entender por qué te sientes así, ir a la raíz del problema, darle una salida constructiva, y aprender a manejar aquellas situaciones, actitudes y pensamientos que nos roban la paz.

La psicoterapia no solo sirve cuando tienes un problema especifico, también funciona como medida de prevención. Anticipa crisis innecesarias, evita riesgos desmedidos cuando vas a tiempo, y ayuda a desarrollar las habilidades que te permitirán tomar decisiones para prevenir consecuencias negativas para ti y lo que te rodean.

Beneficios de la terapia

• Autoconfianza
• Menos estrés
• Cambio de conductas
• Claridad de pensamiento
• Sensación de bienestar
• Mejores relaciones
• Balance emocional
• Establecer límites

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Con cuál te acomodas
Aunque te podrías perder en la cantidad de corrientes terapéuticas, puedes empezar por:
Psicoanálisis

• Se basa en la exploración del inconsciente a través de una libre asociación de ideas
• Se recomienda asistir a varias sesiones por semana

Terapia cognitiva conductual

• Utiliza los principios de refuerzo y castigo
• Se recomienda para casos de estrés postraumático

Psicología humanista

• Es la hermana hippie de las otras dos escuelas
• Se encuentra más en el tiempo presente, en el aquí y el ahora

Pero a veces no basta con que vayas solito, tal ves es hora de llevar toda tu raza al diván.

• La terapia familiar surge de un método teórico eco sistemático, en español: sabe que tu eres el resultado de tus relaciones
• Trabaja contigo en tu entorno inmediato
• El cambio de uno de los integrantes de la familia influye en todo el sistema
• Se trabaja alternando sesiones con toda la familia, con una parte de ella o con una sola persona.