Dar un extra en la chamba, cumplir con las reglas y respetar a todos son algunas de las cosas que requieren cero talento pero dicen muuucho de ti
Por Carlos García Jiménez
Puntualidad. Llegar a tiempo sin importar si estás a una hora de distancia o solo a cinco minutos se llama planificación y es una habilidad. No hay pretexto para ser impuntual.
Ética laboral. Muchas personas no se dan cuenta de la importancia de este punto y de la experiencia que necesitas para saber que te conviene actuar mejor, a pesar de que no avances tan rápido. Se trata de resistencia, comparación y unidad.
Esfuerzo. ¿Honestamente? Esto y la ética de trabajo son básicamente lo mismo, pero ¿por qué tendrían que decírtelo?
Lenguaje corporal. Mantener el contacto visual, el arte de un apretón de manos (nadie le quiere dar la mano al pescado mojado), tener una buena postura en una entrevista… No naces sabiendo, pero son cosas básicas.
Energía. Muchas personas tienen trastornos del sueño, que se vinculan con bajos niveles de energía, mientras que otras tienen un “exceso de energía” y necesitan que se les enseñe a calmarse. La energía personal es súper im- portante, hay que aprender a manejarla.
Actitud. Uno puede pensar que todas las cartas se reparten en su contra o puede tomar medidas para aprender. Puedes elegir trabajar para ser mejor o puedes decirte a ti mismo “no importa”. Pero la actitud es de lo más importante que tiene un ser humano, es tu carta de presentación ante los demás.
La pasión. Esto viene de probar cosas, aprender cosas, fallar en cosas. Puede ser cocinar, las motos, jardinería, música, poesía, películas, decoración. Empújate a explorar. Tener pasión es contagioso y mostrar la tuya es el primer paso para que te vean como alguien que ama la vida y todos quieran estar contigo.
Ser coachable. Esto comienza a una edad temprana, antes de los cinco años es el momento más importante en la vida para aprender formas clave de contribuir con éxito a la sociedad. Hay personas de 30, 40 años que no saben cómo adaptarse a un nuevo entorno o puesto, ¡no saben cómo ser entrenados! Pero los que lo hacen, florecen.
Dar el extra. ¿Dónde empieza y termina tu trabajo? Saber la diferencia que hace dar un poquito más puede cambiar la percepción que las personas tienen de ti. El trabajo extra tiene un gran impacto, aunque no lo creas, sí se nota, y muchísimo.
Estar preparado. No sobre preparado. No hay que pasar más tiempo del necesario preparando una reunión en vez de ejecutar otras cosas. Por otro lado, aquellos que no se preparan lo suficiente para saber los detalles se están lastimando. Cada trabajo, empresa y carrera requiere diferentes niveles de prepa- ración, tanto físicos como mentales.
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