Ya sea el kínder o la maestría, empezar de cero en una escuela puede tensar a tu hijo (y a ti). Aquí algunos tips que harán más fácil el proceso y seguro te darán paz
EL PRIMER DÍA DEL PRIMER AÑO ESCOLAR, EVER!
Ana Carolina Mejía, autora de Corazón de León va a la escuela, ofrece estos consejos a las mamás que dejan a sus hijos en la escuela por primera vez, los cambian a una nueva o viven alguna experiencia que los apega de nuevo al hogar (como la llegada de un bebé):
¿Y SI YA ES PUBERTO O MAYOR?
Que haya crecido no quiere decir que domine el cambio de escuela. Es posible que no te lo cuente, pero la gran mayoría de los adolescentes experimentarán algún periodo de ansiedad. Es básico que te mantengas alerta, pues el 8% desarrollará un trastorno de ansiedad que muchas veces se vincula con depresión. Puedes darle algunas herramientas para que se sienta más tranquilo.
A CUALQUIER EDAD: QUE DUERMA
Los niños y adolescentes que descansan lo suficiente tienen mejor desempeño escolar. La falta de sueño se relaciona con incapacidad para concentrarse, menos energía y un sistema inmune más débil. ¿Cuánto dormir? Los niños necesitan al menos nueve horas cada noche. Los adolescentes, a veces más.
¿CÓMO? RUTINA. RUTINA. RUTINA.
Hay que acostarse a la misma hora, e ir adelantando poco a poco este horario durante las semanas previas a la escuela. Nadie tendría que quedarse dormido viendo una pantalla, mucho menos los niños y pubertos. Que se olvide de dormir con el celular al lado para que no sea lo primero que vea al despertar.
Y ahora que se fue…
No te quedes sentado en la cama de tu hijo llorando porque ya creció o no te necesita. Sigue este plan de sobrevivencia:
ACEPTA TUS SENTIMIENTOS. Claro que está terminando una etapa, pero la buena noticia es que ¡empieza un nuevo capítulo en tu vida! Tienes la libertad para por fin, ordenar ese cuarto de servicio que usas como bodega. Si es chiquito, en la tarde vas a tener mucho de qué platicar tras su primer día en la escuela.
BÚSCATE ALGO QUE HACER. Es la oportunidad de dedicarle más tiempo a esas ideas o proyectos que dejaste en el tintero. Ese blog que siempre quisiste escribir, la clase de francés a la que nunca te inscribiste, los cursos de fotografía que se te olvidaron…
ENTÉRATE. Lee y pregunta sobre la etapa que está empezando tu hijo. Siempre hay otros padres pasando por lo mismo o cosas similares.
Cuando se dan cambios en la familia, como el principio de la vida académica o una nueva etapa, es normal que se reacomoden las emociones. Vale la pena tener un proyecto, un trabajo y una pasión además de criar a los hijos. Suena a cliché, pero es verdad: si tú estás bien, tu hijo también lo va a estar.
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