Si empiezas a toser y sientes que te ahogas, y tu pecho parece que tiene un silbato integrado… tal vez tengas asma y no lo sepas. Checa si necesitas ir al doctor por un diagnóstico.
Por: Carlos G. León
El asma es una enfermedad pulmonar crónica que afecta los bronquios (el tubo que lleva el aire desde la nariz hasta la parte más baja del pulmón). Cuando respiras polen, ácaros, pelo de mascotas, hongos de la humedad, contaminación o pescas una infección viral, los bronquios se inflaman y se cierran, y ahí es cuando empiezan a producir mocos y tos. El moco tapa más los bronquios y te entra menos aire. Imagínate que tú soplas por un tubo que cada vez se hace más delgado, el soplido es el aire que respiras, y entonces empieza la tos con flema y el silbido del pecho.
Es difícil de diagnosticar porque, como los bronquios están dentro de los pulmones, no salen en las placas, pero que tu placa torácica salga bien no quiere decir que no estén afectados y que no tengas asma.
Los síntomas
* Tos recurrente
* Falta de aire con cualquier ejercicio
* Opresión en el pecho
* Tus labios se ponen azules
* Silbido o ronquido de pecho
Causas más frecuentes de ataques de asma
Alérgenos en espacios exteriores (como pólenes y mohos).
Humo de tabaco
Productos químicos (cosméticos, soluciones limpiadoras y perfumes).
Alérgenos en espacios cerrados (los ácaros del polvo en la ropa de cama, las alfombras y los muebles tapizados, la contaminación y la caspa de los animales domésticos).
Tipos de asma
Según sus causas
Hay antecedentes familiares o personales de alergia.
Asma estacional
Tiene que ver con el polen y empeora en primavera o a finales de verano.
La provocan sustancias irritantes, infecciones respiratorias, cambios repentinos de temperatura o el reflujo gastroesofágico.
Cuando te expones a sustancias químicas en tu trabajo, como polvo, metales, resinas, etcétera.
Los síntomas aparecen poco tiempo después de finalizar la actividad física.
Se presenta en pacientes con cualquier tipo de asma. Los síntomas empeoran durante la madrugada.
Según su frecuencia
Tienes síntomas todo el año.
Sólo la sufres dos o menos veces por semana, y los síntomas nocturnos aparecen dos o menos veces al mes. Las crisis no duran mucho, son breves.
Tienes síntomas dos veces por semana y por la noche sufres el malestar dos veces al mes, pero no cada semana.
Toses y te falta el aire todos los días, te cuesta trabajo hacer tu vida y hasta dormir porque casi todas las noches te despiertas con la sensación de que te estás asfixiando.
Vives con los síntomas todo el tiempo, tienes crisis con frecuencia y los síntomas nocturnos son diarios.
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