Hay pérdidas que no reconocemos como tales en el momento, pero que también pueden ser devastadoras
Infertilidad: cuando estás buscando tener un hijo, tienes ideas y sueños de cómo va a ser. Su nombre, cómo serás como padre, y creas una relación con ese hijo que quieres. Cuando has agotado todas las opciones para embarazarte, debes tener un duelo sobre esa posibilidad para decidir qué quieres hacer como siguiente paso.
Demencia de un ser querido: la persona que conocías ya no está. Así de sencillo. El proceso es lento, pero conforme la enfermedad avanza, esa persona se va perdiendo. Durante ese tiempo, es muy común frustrarse y enojarse con la situación e incluso querer dejar de ver a la persona porque hasta abuso puede haber, pero tienes que aprender a perdonar, incluso antes de que la persona muera.
Pérdida de fe: puede pasar por sufrir una pérdida y no entender por qué te sucedió si “eres buen cristiano” o porque te han decepcionado las acciones de tu iglesia. Hay distintas causas, el chiste es que, si tu fe es importante para ti, encuentres el motivo de haberla perdido y entiendas que no es un asunto personal y perdona a Dios o a la religión. Solo así podrás reencontrar lo que te conecta con esa fe y rescatar lo que te hace bien.
Impedimentos físicos: si toda tu vida has hecho ejercicio y de repente ya no puedes por cuestiones de salud, si ya no ves y ahora no puedes manejar, si no puedes caminar como antes, seguramente sientes que has perdido parte de tu libertad y hasta tu identidad. Es normal estar enojado con la situación, pero debes agradecer a tu cuerpo todo lo que te ha permitido hacer y perdonarte, si es que tú causaste esta situación, para poder encontrar nuevas formas de seguir con tu vida a pesar de los impedimentos.
Mudanza: nada representa mejor una pérdida que cambiarse de casa; es un cambio de una situación a otra que perturba tu rutina y todo lo que te es familiar. Es una pérdida importante, sobre todo, para un niño y no debe tomarse a la ligera, así sea un cambio a una casa más grande o en una zona mejor, lo que detona los sentimientos es alejarse de algo que es familiar. Puede ayudar despedirse de cada espacio y recordar momentos importantes que se vivieron ahí para adaptarse mejor a lo que viene. ¡Hazlo, aunque te sientas un loco!
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