El pasivo-agresivo genera violencia, pero como no es con gritos ni golpes, ni reacciones abiertamente agresivas, se vuelve muy difícil de identificar porque lo hace siendo “complaciente”, “sarcástico”, irónico y casi siempre con comentarios o acciones que parecen súper inocentes. Es la persona que te felicita por la promoción que te acaban de dar y te dice “mil felicidades, nunca pensé que te la fueran a dar” o la que sabe que no quiere que nadie sepa que te pusiste implantes nuevos y a media reunión te dice: “woow hija, te quedaron divinas las chichis”.
Ahora, el pasivo-agresivo no siempre lo hace por malo, muchas veces es porque quiere evitarse broncas o le da pánico ser directo y honesto, ¿será así?
1. Te haces el ocupado
Parece que llegar tarde es una cosa de personas ocupadas y con mil cosas que hacer en la vida, pero hacerlo todo el tiempo manda el mensaje de que no te importa nada la persona a la que tienes esperando.
2. Ayudas sin que te lo pidan
Ayudar cuando alguien no lo necesita o cuando la persona está perfectamente capacitada para hacer lo que sea que esté haciendo, es entrometerte y una forma “sutil” de decrile que crees que es imbécil. Por ejemplo, una mamá que sobreprotege a su hijo cae en una forma de violencia porque descalifica su capacidad para salir adelante.
3. Postergas
Y se te olvidan las cosas. Los pasivo-agresivos, en general, odian que les digan lo que tienen que hacer. Les molesta la autoridad y la forma típica de desafiarla es olvidando cosas o postergando. Es violento porque en el fondo ignora al otro para hacerlo enojar.
4. A todo le ves lo malo
Llega tu mejor amiga súper ilusionada porque por fin su novio de años le pidió que se casaran, te enseña el anillo y tú dices algo como: “¡¿Y por qué un brillante tan chiquito?!”. Lo disfrazas de interés por el otro, pero en el fondo hay celos, envidia o coraje.
5. No pelas
No hay nada más incómodo que estar platicando con alguien y que te deje de pelar para revisar si ya le dieron like a la foto de su perrito bailando cumbia. Parece un detalle menor e inofensivo, pero es una forma de agresión que comunica falta de interés y de respeto.
6. Pendejeas a todos
¿Te sientes tan eficaz que todos los que no van a tu ritmo son pendejos? Las frases por las que te identifican tus hijos, tu pareja y el mundo son algo como: “es obvio”, “¿eres lento?”, “es por sentido común”. Pretendes hacer que el otro sienta que todo lo que hace está mal a menos que lo haga como lo harías tú.
7. Descalificas al otro
Hay personas muy clavadas que son incapaces de reconocer que los otros también sienten, les duele algunas cosas y que eso es válido. Son completamente fríos ante las emociones de los demás y hacen sentir al otro tonto o inferior por sentirse como se siente.
EL REHAB
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