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Lo bueno y ¿lo malo? de ir al gym

Y no solo gym, léase estudio de bici, pilates, crossfit; gym boutique de moda o cualquier lugar en el que estás “obligado a ponerte a entrenar”

Keiji Yoshiki

Hay una tendencia fuerte de entrenar en casa, pero debo decirte que se requiere mucha disciplina para lograrlo. Y si no estás convencido, quizá no sea para ti.

Yo entiendo que la crisis está ruda (desde que tengo memoria), y que debemos ahorrar, economizar o incluso escatimar en muchas cosas, pero NUNCA en tu cuerpo ¡Solo tenemos uno! Y es clave estar bien in & out; tanto espiritual, como en salud y apariencia.

“Si la cuestión es ahorrar ¡Mejor hazlo en bares, o restaurantes!”- Keijismo

Es por ello que te doy algunos puntos que deberías considerar antes de decidir si inviertes tu “lana” en:

  1. una súper bolsa o zapatos de marca o
  2. un súper coach, nutriólogo, o mensualidad de un club, gym boutique o gym clásico.

 

Por eso, va este análisis objetivo de ventajas y desventajas de ir a un gym.

 

Ventajas:

  1. Tener un lugar exclusivo para ir a ejercitarte no sólo te ayuda a tener una vida saludable y un cuerpo estético, sino que te permite trabajar “en vivo” con la asesoría de especialistas; o interactuando con “pares” que tal vez saben más que tú, y que pueden inspirarte –o apoyarte- para lograr más rápido tu meta y evitar lesiones.
  2. ¡Socializar! ¡Ok! Hay mucha gente que odia socializar en su tiempo de entrenamiento, pero otra proporción igual o más grande, busca “hacer relaciones” ya sea networking, amistades, romances o incluso ¡hasta para buscar sexo casual, o un buen ligue!

El gym es como regresar a la escuela, ya que esencialmente, no hay jerarquías (jefes o subordinados), compañeros de trabajo, clientes o proveedores. ¡Todos son iguales! Las diferencias se dan sociológicamente por grupos o tribus: los mamados, los top models; las “buenísimas”; los flacos, las cougars, los populares, los hípsters ¡y hasta los geeks!, entre otros.

  1. En la variedad está la diversión. Elige un lugar principalmente cercano a tu casa o trabajo; y que satisfaga tus gustos. Fíjate en 3 aspectos:
    1. Cómo está la gente que trabaja ahí. Si te agrada o no.
    2. Cómo es la gente que va. Si tienes 20 años, y la mayoría tiene más de 40, quizá no sea buena opción.
    3. La variedad en instalaciones. Es decir, que te ofrezca áreas para hacer pesas “fierros”; aparatos; máquinas de cardio; área para entrenamiento funcional (conocido como crossfit –marca que se ha hecho el nombre genérico-); clases de bici, baile, pilates, etc.; o si eres muy “acá” natación, squash o paddle.
  2. ¡Entre más vayas, más ahorras! Además de lo obvio, que cada visita será más barata, en relación con el pago mensual. Si vas con frecuencia: hasta agua, luz y gas vas a ahorrar en tu casa porque seguramente te vas a bañar y arreglar ahí.
  3. Podrás divertirte más mientras entrenas. Además de que aunque estés del peor humor, te pondrás de buenas por toda la química que se da a nivel fisiológico en el cuerpo. Si no eres muy de charlar, escucharás música, un capítulo de un show o un buen podcast. Y al menos te darás buen “taco de ojo”.
  4. Si te comprometes a ir, ya que “estás pagando un dinero” es mucho más probable que empieces a tener logros.

 

Desventajas:

  1. Si no tienes las expectativas reales de lo que va a pasar te puedes frustrar. Muchas veces se cree que con entrar al gimnasio por arte de magia a los dos meses te vas a poner buenísimo y eso no va a pasar.
  2. Si no eres una persona “de gente”, te vas a ver obligado a convivir, sobre todo si vas en horas pico.
  3. ¡Ojo con el hambre! Muchas veces se cree que por ir al gimnasio puedes comer lo que quieras y ya no vas a engordar. Eso es mentira. Si empiezas a hacer ejercicio tienes que ser especialmente cuidadoso con lo que vas a comer porque te va a dar más apetito. ¡Y no precisamente de apio o brócoli!
  4. Si la visita al gimnasio no forma parte de tu agenda corres el riesgo de que pagues un servicio que no estás utilizando.
  5. ¡Tienes que aplicar la tolerancia si vas en horas pico a un gym tradicional! Porque seguro tendrás que “alternar” los aparatos.
  6. Los entrenadores no te “harán caso” todos los días, salvo que:
    1. Le gustes.
    2. Sea tu amigo.
    3. ¡Le pagues! La mayoría trabajan como entrenadores personales y no tienen sueldo, mas que el que cobran cuando tú contratas sus servicios. ¡No lo tomes personal!

 

Ya tienes la información y ten en mente esto: invierte en lo más importante: ¡Tú! ¡Reconcíliate con tu cuerpo!

 

Soy Keiji Yoshiki, búscame en Instagram @keifitmx 

 

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Fitness Lifestyle Coach. Tiene un diplomado en entrenamiento para la estética corporal y otro en nutrición deportiva.