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Anuario

7 ventajas de tener un jefe tirano

¿De verdad tiene algo bueno ese desgraciado que está arriba de ti en el organigrama? Sí, varias cosas

Helios Herrera

En el siglo XVIII Voltaire definió al tirano como un soberano que no conoce más leyes que su propio capricho. Hoy vamos a definirlo como una persona que tiene autoridad sobre los demás y que la ejerce de una manera déspota, siempre oprimiéndolos y pasando por encima de ellos. Son maquiavélicos, controladores, generan miedo y culpa a los demás.

Cuando este personaje de terror es tu jefe, desgasta tanto a las personas que estas acaban renunciando al empleo de sus sueños o a la empresa en la que deseaban trabajar toda la vida. Sí, es un hecho que la gente renuncia a los malos jefes y no a las empresas, tal como lo concluye la encuesta mundial “A great place to work”.

Como siempre, la moneda tiene dos caras: analizando lo negativo de un jefe tirano resulta, aunque no lo creas, que hay cosas muy buenas de trabajar con alguien así. De entrada habrás cursado una maestría de vida… ¡cobrando un sueldo! Aquí van otras:

1. Darte cuenta de que no eres un árbol
Te puedes mover de donde estás. Aprendes que puedes buscar otra cosa, conoces lo que vales en el mercado, te vuelves un experto en networking, preparación de CVs y entrevistas. Te relacionas cada vez más, te haces visible al destacar más que tu jefe y logras alianzas con otras áreas. Quizá tu futuro inmediato esté dentro de otra área de tu misma empresa.

2. Elevar tu autoestima
Recuerda que la maldad de tu jefe no tiene nada que ver contigo; no es un tema personal, simplemente está peleado con la vida y con el mundo. Después de un tiempo de soportar al tirano te darás cuenta de que vales más que él y sus maltratos. Aprenderás a defenderte y a no dejarte aplastar por él, te respetarás a ti mismo y exigirás ese trato de parte de los demás. Aprenderás también a valorarte y a cuidarte más, alimentándote mejor, haciendo ejercicio y descansando adecuadamente.

3. Ser asertivo
Pones en práctica tus más grandes dotes de comunicación asertiva y dejas a un lado la agresividad. La violencia solo genera violencia y agresividad, sobre todo con tiranos como estos. Te conviertes en una persona más diplomática y aprendes a manejar situaciones cada vez más complicadas. Estás listo para el futuro.

4. Ser más fuerte
Forjas tu carácter, aprendes a poner límites y generas altas dosis de templanza. Aprendes a controlarte, a ser tolerante, paciente y a conectar tu boca a la cabeza y desconectarla de la tripa. Entiendes que jamás debes tomar decisiones importantes en medio de estados emocionales intensos. Aprendes a motivarte, recuerda que lo que tú no haces por ti, nadie lo hará.

5. Espejearte
Entenderás exactamente cómo no hay que ser, cómo no hay que tratar a las personas que trabajan para ti y desarrollarás altas dosis de empatía. Aprenderás mucho sobre la incongruencia entre el discurso y la práctica y obvio jamás lo harás. Sabrás reconocer y mantener tus valores profesionales y personales.

6. Aprender a ser “frío”
Este será un gran trabajo personal y el crecimiento será tanto para tu vida laboral como para la vida en general, ya que debes aprender a separar tus emociones y a manejarlas adecuadamente. Debes ser mucho más cerebral que nunca, poniendo a prueba tu inteligencia emocional y social.

7. Te hicieron un favor
Sí, aunque parezca increíble así lo es, ya que definitivamente de esto saldrás más sabio y fuerte, crecerás como no tienes una idea. Imagina que recibiste un duro entrenamiento militar, recuerda que lo que no te mata siempre te hará más fuerte, y créeme, si sabes manejar las cosas, de eso no te vas a morir.

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